Un gran milagro: Un corazón artificial que fue trasplantado en un joven que padecía una enfermedad cardíaca grave y mortal, fue retirado de su cuerpo después de unos dos años, luego que durante ese lapso, su corazón natural, se reestableció y recuperó, y volvió a latir normalmente.
Muchos temores acompañaron a los médicos antes de la cirugía, que se realizó en el hospital "Carmel". Pero después de que le quitaron el corazón de titanio del pecho al joven, quedó claro para alivio de todos que su "viejo" corazón funcionaba "como nuevo", y que finalmente el paciente se deshizo de la mochila que de forma permanente llevaba sobre la espalda (las baterías que alimentaban el corazón artificial) y de la maraña de cables que los conectaban, para que viva largos y buenos años.
Es imposible no recordar de inmediato la profecía de Zejaria: "Y quitaré el corazón de piedra de vuestra carne, y les daré un corazón de carne". Una expresión pintoresca de la superación repentina de la incapacidad de tener experiencias emocionales profundas. Hoy en día, la mayoría de nosotros somos incapaces de amar, compadecer, considerar y sentir verdaderamente a los demás. Nos sentimos principalmente a nosotros mismos. Nuestro mundo emocional se centra en el amor propio, los rencores personales y los cálculos de conveniencia social.
En las fuentes judías, esta situación se define como una enfermedad espiritual, un estado antinatural y anormal. El Alter Rebe, Rabí Shneor Zalman de Liadi, clasifica una situación similar como "obstrucción del corazón". El término "obstrucción" proviene de la palabra "cerrado, hermético", un corazón cerrado que es incapaz de sentir lo que está más allá de él y con la capacidad emocional petrificada y reducida.
Esta limitación emocional está recibiendo una atención científica seria en la actualidad. Si antes el término inteligencia incluía únicamente el potencial mental, hoy se habla mucho de inteligencia emocional, que no es menos importante que la anterior y mucho más primordial en la mayoría de los ámbitos de la vida.
A pesar de la abrumadora obstrucción del corazón, sin embargo, a lo largo de generaciones tuvimos el mérito de conocer a un grupo selecto de la raza humana que se caracterizó por un "corazón de carne" incluso durante el exilio. Un pequeño grupo de superhombres (los tzadikim) que pueden sentir el sufrimiento de cada judío e incluso dar su vida por él. Un amor maravilloso que el fundador del jasidismo, el Baal Shem Tov, definió como la capacidad de amar a cada judío independientemente de quién sea, incluso a aquellos que nunca hemos conocido...
Acorde a nuestro nivel emocional actual, para la mayoría de nosotros es difícil siquiera imaginar una situación así, o incluso aspirar a ella. Pero en el futuro esta experiencia emocional será común. La ira, los celos, el resentimiento, los placeres y el honor personal, todos estos serán eliminados de nosotros junto con los pobres restos del desmoronado "corazón de piedra". Todos comenzaremos a sentir experiencias que para la mayoría de nosotros eran conceptos que parecían poco prácticos: Un amor altruista que no depende de nada, respeto por cada criatura, lealtad sin límites, compasión infinita y más. Todo esto será consecuencia de los sentimientos básicos encapsulados en algún lugar de lo más profundo de nuestro corazón bloqueado: El amor a Hashem y el temor a Hashem. El mundo será simplemente un lugar maravilloso para vivir. Un mundo de Redención.