Por lo tanto, en el siguiente instante, ya podremos hacerlo en el Tercer Beit HaMikdash. Este Beit HaMikdash incluirá dentro de sí, los servicios de los dos Batei Mikdashot anteriores y, de hecho, los incluirá en un nivel superior y más completo.
El advenimiento de la Era de la Redención está asociado con la Redención de Egipto como se refleja en el versículo: “Como en los días de tu salida de Egipto, Les mostraré maravillas”. La palabra hebrea para “maravillas” es niflaot (נפלאות), puede dividirse en dos "nun pelaot", "50 maravillas”. El número 50 es descrito por nuestros sabios como “una eternidad”, es decir, incluye la totalidad del tiempo. De manera similar, cincuenta está asociado con el Iobel, el Año del Jubileo.
El Iobel se observaba sólo cuando todo el pueblo judío vivía en Eretz Israel. Por lo tanto, se relaciona con Eretz Israel en su estado completo, cuando está habitada por el pueblo judío en su totalidad. Esto se cumplió después de la salida de Egipto, cuando Iehoshúa condujo a todo el pueblo judío a Eretz Israel.
De manera similar, se realizará en la Era de la Redención. En ese momento, además de todos los judíos de esa era, la Tierra de Israel también contendrá a todos los judíos de todas las eras anteriores. Esto incluirá a Moshe, nuestro maestro, y a su generación que ha estado esperando esta Redención para entrar a Eretz Israel.
Junto con el pueblo judío se reunirán en Eretz Israel todas las sinagogas, casas de estudio y casas de buenas acciones de la diáspora. Con certeza, esto incluirá la sinagoga, la casa de estudio y la casa de buenas acciones en las que estamos reunidos en este momento.
Lo anterior es particularmente relevante en el presente año, SHnat Niflaot Ba, “un año que está imbuido de maravillas”, y "Niflaot Bakol", “maravillas en todas las cosas”, de una manera que refleja la triple expresión de bendición a nuestros Patriarcas "Bakol, Mikol, Kol. Como se mencionó en otras ocasiones, esta expresión es numéricamente equivalente a la palabra kabetz (קבץ), que significa “reunir”, refiriéndose a la reunión de todos los judíos en Eretz Israel. Esto se acelerará con nuestro servicio espiritual de “Hacer de este lugar Eretz Israel”, transformando nuestros hogares –y para los niños, sus habitaciones– en un lugar que sea representativo de Eretz Israel.
Esto traerá consigo –como se refleja en el versículo “De Tzion saldrá la Torá”– la revelación de “las nuevas [dimensiones de la] Torá que surgirán de Mí”, con la llegada de la Redención. Entonces celebraremos las Hakafot junto con Di-s mismo, como relatan nuestros sabios: “En el Futuro, Di-s hará una danza para los justos”.
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2. Nuestros sabios declararon: “Cuando la persona llega a una ciudad, debe seguir sus prácticas”. Vemos que en este país se hace mucho hincapié en el jinuj, “educación”. Por lo tanto, las dimensiones positivas de estas prácticas educativas deben ser seguidas y aplicadas por los educadores de la Torá en el ámbito de la Santidad.
A los niños judíos se los conoce con el nombre Tzivot Hashem. Todos aquellos educadores y maestros involucrados con Tzivot Hashem deben ahora decir LeJaim y junto con los niños, deben cantar una canción asociada con Tzivot Hashem. Esto servirá como preparación para el momento en que, como en la salida de Egipto, Di-s sacó a Tzivot Hashem, a todo el pueblo judío del exilio. “Con nuestros jóvenes y con nuestros ancianos... con nuestros hijos y con nuestras hijas”, procederemos a la Redención y “Como en los días de tu salida de Egipto, Les mostraré maravillas”. Así como entonces, la Redención comenzó con los jóvenes, de manera similar, en la Redención final, los niños serán los primeros.
Como se mencionó anteriormente, a los niños judíos se los llama Meshijai. En particular, esto tiene una conexión con aquellos que estudian en las Ieshivot Tomjei Tmimim, ya que como explicó el Rebe Rashab, son “soldados de la Casa de David”, dedicados a traer la Redención.
Pronto procederemos a realizar Hakafot junto con Di-s mismo y bailaremos en el Beit Hamikdash. Esto será acelerado por cada persona haciendo de su casa —y cada niño haciendo de su habitación— “un santuario en miniatura”.
Y luego, cuando “Como en los días de tu salida de Egipto, Les mostraré maravillas”, se revelará cómo “Di-s reinará por siempre eternamente” con la llegada de la Redención completa. Que esto tenga lugar en el futuro inmediato.
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3. Antes de las Hakafot, nuestros sabios ordenaron que recitemos diecisiete versículos del Tanaj comenzando con el versículo Ata Oreta: “A ti se te ha mostrado para que sepas que Hashem es Di-s; no hay nada más aparte de Él”. Este versículo se refiere a la entrega de la Torá y no a la creación, porque fue en la entrega de la Torá cuando “Di-s dividió los cielos” y se reveló a Sí mismo, permitiendo a los judíos ver que “no hay nada más aparte de Él”.
De la misma manera, esta revelación permite a los judíos “saber que Hashem es Di-s”. “Di-s” (Elokim) se refiere a Hashem como “el amo del poder y el potencial”. El objetivo final de todos estos potenciales –y por lo tanto de toda la existencia, espiritual y física- es revelar a Di-s (Havaiá).
La revelación en la Entrega de la Torá facilita nuestro servicio espiritual en la preparación del mundo para la Redención Futura. Dado que, como explica el Tania, la revelación de la Entrega de la Torá reflejó la revelación de la Era de la Redención, entonces, esta revelación ya experimentada previamente, y será más fácil que sea experimentada una segunda vez.
Esto es particularmente evidente en el tiempo actual, cuando ha transcurrido más de la mitad del sexto milenio. De la misma manera, muchos de los “tiempos señalados para la venida del Mashíaj” mencionados por nuestros sabios han pasado. De hecho, como dice el Talmud: “Todos los plazos señalados para la venida del Mashíaj se han vencido”. El Talmud continúa: “Y la cosa depende únicamente de la Teshuvá”. Sin embargo, el pueblo judío ya ha completado el servicio espiritual de la Teshuvá. De hecho, ha completado todos los servicios necesarios para que llegue la Redención, habiendo, por así decirlo, “pulido los botones”, tomando prestada una expresión del Rebe anterior.
(El uso de esta última expresión es significativo, ya que el propósito de los botones es establecer la unidad, unir partes de una prenda que de otro modo estarían separadas).
La llegada real de la Redención será acelerada por las actividades de los niños judíos que son llamados Meshijai. Algunos explican que se les dio este título porque era costumbre ungirlos como parte de su introducción al estudio de la Torá. Sin minimizar la importancia de esta costumbre -por el contrario, existen costumbres similares que se llevan a cabo hoy en día en relación con las primeras etapas de estudio de un niño-, la razón profunda por la que se hace referencia a los niños como Meshijai es porque el Mashiaj es su única preocupación. Esto es evidente cuando se observa a los niños que fueron educados el año anterior y seguramente será evidente en la conducta de los niños que serán educados en el presente año.
Y este año será verdaderamente “un año imbuido de maravillas”, incluyendo la maravilla máxima, la llegada de la Redención. Esto será acelerado mediante el estudio sobre la Redención. (Aquí hay una conexión con el estudio de la Mishné Torá de Maimónides, que concluye con la descripción de la Era de la Redención como una era en la que “la tierra se llenará con el conocimiento de Di-s como las aguas llenan el lecho del océano”, que se completará en un futuro cercano). Esto precipita el momento en que “la Torá saldrá de Tzion”, con la llegada de la Redención. Que tenga lugar en el futuro inmediato.
[Después, el Rebe Shlita pronunció dos charlas en las que explicó la conexión entre cada uno de los diecisiete versículos del Ata Oreta con la Redención verdadera y completa. Al concluir la última charla, mencionó que es costumbre de Jabad agregar el versículo de Bereshit 28:14 que contiene la frase Ufaratzta al final del Ata Oreta. Luego recitó ese versículo tres veces y los jasidim le respondieron].
