El no juzgar se ha convertido en un valor supremo exclusivo en la mayoría de los métodos de tratamiento que se enseñan hoy en día.
El problema con esto es, que no invita al paciente a "dar un paso al frente" y admitir que fue su negligencia lo que llevó a su despido, fue su descuido lo que llevó a su divorcio, o fue su incapacidad de establecer límites, lo que hizo de sus hijos lo que son.
La mayoría de los terapeutas no tienen ninguna formación o conocimiento para encontrar el propósito de una persona en la vida, y en muchos casos continúan basándose con sus pacientes en la interminable preocupación por lo que merecen y no les dieron, o les quitaron, o lo que ellos pueden obtener del mundo.
El Alter Rebe, creador del Jasidismo de Jabad, le expresó una vez a un jasid descontento: Hablas mucho sobre lo que necesitas. ¿Pero, alguna vez has pensado para qué te necesitan?
"Y mi pecado está siempre frente a mi", escribe el rey David, refiriéndose con esto a la necesidad vital de autocorrección. Una corrección cuyo objetivo principal es una auto-removida del ego desde el "centro del universo" (en Argentina decimos desde "el ombligo del mundo") a un lugar más realista. Una corrección que requiere un verdadero examen de conciencia para conocer el verdadero valor de uno mismo frente a Aquel que me creó según Su Bendita Voluntad.
Una evaluación objetiva de la calidad y eficiencia de una vida debe basarse en el grado de éxito en el cumplimiento de la voluntad de Di-s. La voluntad de Di-s se expresa en Sus Mitzvot. El enfoque judío cree en la capacidad de la persona para cambiar todo su mundo en cualquier momento, si sólo enfoca todas sus energías en la dirección y comienza a trabajar. No hay necesidad de sondear y sacar a la luz "demonios" reales o imaginarios del pasado.
La persona de fe sabe que si bien todo judío debe ser aceptado con amor, simplemente porque es judío, sin embargo, al mismo tiempo, lo que le sucede al prójimo no es culpa de sus padres ni de la sociedad que no lo aceptó. Maimónides, que tuvo una infancia terrible, ofrece un método sorprendente para la rehabilitación mental: No preguntar al paciente cuál era su relación con sus padres, sino sugerirle que examine su relación con su Di-s.
Esta es, en cierto sentido, la esencia de un examen de conciencia objetivo de lo que es bueno y lo que no lo es, en nosotros y en nuestras acciones. Un balance honesto y verdadero frente a Di-s, Bendito Sea, que limpia el alma de todo lo innecesario, pesado e inadecuado. Es posible y preferible hacer esto con la ayuda de una persona que sea consciente de la estructura especial del alma judía y consciente del único modo en que se puede ser libre y feliz. Sí, él también puede ser profesional.
Este es, en la práctica, el camino para alcanzar una Redención particular, personal, que allana el camino para la Redención general, que abarcará a toda la existencia, de forma inminente, realmente.
