Jessie Sullivan, un estadounidense de 59 años, fue la primera persona en el mundo a la que se le implantó en su cuerpo, un brazo artificial impulsado por el poder del pensamiento. Sullivan, que había perdido ambas manos en un grave accidente por una descarga eléctrica, puede utilizar el hombro, el codo, la muñeca y la mano de forma acorde y fluida. También puede, por ejemplo, sentir con qué fuerza sujeta un vaso de vidrio, evitando así ejercer demasiada presión que podría provocar que el vaso se rompa.
Esta prótesis fue el resultado de veinte años de duro trabajo y ya está claro ¡que en un futuro no muy lejano el rendimiento de un brazo así superará al de una mano biológica!
El hecho de que el pensamiento es una fuerza motriz, es conocido por nosotros en lo que concierne a nuestro propio cuerpo. Conocemos en menor medida, la capacidad de utilizar el poder del pensamiento para activar escenarios más allá del marco del cuerpo. Aquí, la Torá del Jasidismo abre una gran ventana de luz, a un mundo mágico que aún está fuera de los límites de la ciencia y despliega ante nosotros una reserva inagotable de aplicaciones fantásticas del poder del pensamiento. Resulta que un pensamiento correcto puede tener un gran efecto en la rehabilitación, recuperación, educación, crecimiento y desarrollo de los niños como adultos. Un pensamiento positivo de un padre, maestro, amigo, vecino, influye en gran medida en el éxito de aquel en quien se piensa, en todos los ámbitos de su vida.
Entre los jasidim de Jabad, hay un dicho famoso acuñado en honor al Rebe "Tzemaj Tzedek", el tercer Rebe de Lubavitch: "Trajt Gut - ¡Vet Zain Gut!". Y traducido del idish: "Piensa bien - ¡Y todo estará bien!". Y no es sólo en las relaciones entre las personas. Un pensamiento deliberado y estable también produce efecto en los acontecimientos globales. Y no sólo algo puntual y temporal, sino mucho más que eso.
También es posible actuar más allá de los límites del lugar y del tiempo en el que nos hallamos: Traer la Redención verdadera y completa a todos los lugares y a todos los tiempos. Impulsar un estado de perfección en el mundo entero, por medio de que pensamos que la Redención debe revelarse aquí, en la creación, y que es absurdo que incluso dentro de un instante, no exista aquí el máximo bien. Sí, la esencia de este pensamiento, tiene el poder de materializar la visión deseada de los profetas.
Debemos pensar constantemente en el hecho de que El Santo, Bendito Sea Él, nos aseguró a través del profeta de la generación, el Rebe Lubavitch, ER"M, que la Redención tendrá lugar con nosotros, en nuestra generación, aquí y ahora realmente y no dejar de lado este pensamiento supremo ni por un momento. No permitir que el modo de pensar rutinario y derrotista, debilite el pensamiento de la fe. La sorprendente consecuencia, la veremos pronto, en nuestros días, realmente, y esta será la más grande y valiosa de las capacidades del pensamiento.
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