Hoy, sin embargo, está emergiendo una base sólida de evidencia comprobada de que el lenguaje efectivamente da forma al pensamiento y contiene una forma distinta y especial de absorber información y de otorgar significado a la realidad. Estudios recientes en muchos laboratorios indican claramente, que el lenguaje dicta incluso las dimensiones más básicas de la experiencia humana: El espacio de tiempo, causalidad y relación con los demás. Los hablantes de diferentes idiomas difieren en la forma en que experimentan, describen e interpretan los eventos. La estructura del lenguaje puede dificultar o facilitar el aprendizaje en general y el concepto matemático en particular. ¿Y que pasa con quienes hablan dos idiomas? Resulta que su captación del mundo cambia instantáneamente dependiendo del idioma que hablen en ese instante.
Hasta aquí llega la ciencia ahora. Y ahora vamos a la historia. Pues bien, como todos sabemos, el idioma original del ser humano es el idioma sagrado, el idioma en que está escrito es el lenguaje sagrado, el idioma en que está escrito el Tanaj y el idioma utilizado por Di-s, para crear el mundo. En otras palabras, este es el lenguaje que se utilizó para dar forma al mundo en los sentidos más elementales de la existencia.
Casi dos mil años después de la Creación, tras el incidente de la Torre de Babel, se produjo el gran cambio: Setenta lenguajes fueron derivados del lenguaje sagrado, cada uno de las cuales representaba un significado puntual reducido, entre una infinidad de posibilidades que representaba el idioma sagrado. Los humanos continuaron moldeando y dando forma a la realidad que los rodeaba de acuerdo con el idioma en el que nacieron y, por lo tanto, las culturas se alejaron y cambiaron entre sí.
En los últimos tiempos estamos asistiendo a un proceso inverso. La cultura mundial se está volviendo cada vez más unificada. La diferencia va borrándose, y el lugar de la singularidad étnica lo ocupa una comunicación uniforme y casi sin importar el idioma, el lugar de residencia o el origen. La comunidad internacional, que fue aniquilada con la destrucción de la Torre de Babel, se está recomponiendo nuevamente, y esta vez en un mundo que ya lo ha intentado todo, y está en una dirección de justicia, honestidad e igualdad orientada por la fe.
No se trata entonces de una visión del futuro. Ya estamos inmersos en lo profundo de un proceso que en realidad, conduce a la Redención verdadera y completa. Y como dice el Rebe de Lubavitch ER"M, la Redención está realmente en el umbral de la puerta y está esperando que cada uno de nosotros se acerque y la "arrebate" adentro, por medio de un aumento en la Torá y en las buenas acciones con la intención de acelerar la Redención.
El profeta Tzefaniá asegura que cuando llegue la Redención completa, también el único idioma que une a todos, regresará y ocupará su lugar. Así se completará el diseño de la conciencia colectiva, que permitirá renovar la conexión con la verdad infinita: La verdad Divina.
