Rara vez es posible que toda la sociedad se convenza a la vez, de la verdad de las profecías antiguas que evalúan asuntos que conciernen al mundo entero. Ahora mismo estamos presenciando el alarmante y claro cumplimiento del versículo: "Y será un hombre salvaje. Su mano será contra todos y la mano de todos será contra él". Las eternas palabras del ángel a Agar, la madre de Ismael. Palabras que describen con inequívoca claridad y precisión, lo que ahora perpetran en Medio Oriente quienes se atribuyen a Ismael.
Luchan y se masacran entre sí sin distinción, una guerra de todos contra todos. Sólo en Siria, más de trescientas "organizaciones" están luchando entre sí, sin mencionar las guerras todos contra todos que empezaron en Irak, que hubo en Libia, Líbano, Yemen, Pakistán y más. De hecho, "su mano será contra todos". La intervención de Estados Unidos y otros países en el asunto es el cumplimiento de la continuación del versículo: "Y las manos de todos contra él".
La toma de control árabe de Europa y la inundación de América con una ola de inmigrantes musulmanes también se describe con gran precisión más adelante en las Escrituras: "En el rostro de todos sus hermanos habitará". Las palabras sobre estos hechos tienen una enorme precisión, en las explicaciones proféticas de Daniel sobre el sueño de Nabucodonosor, el rey de Babilonia (hace unos 2500 años), prediciendo el colapso del "cuarto reino", que es lo que hoy se llama "cultura occidental", y su extraña mezcla con un reino dividido de Ismael, que no es exactamente un reino, pues carece de estabilidad y carece de una identidad nacional definida.
El reino de Ismael aparece en el sueño de Nabucodonosor en forma de pies de estatua, hechos de barro quebradizo y divididos en diez dedos, un indicio de la debilidad de la estructura y de la separación que prevalece entre todas sus partes.
En ese momento (que es ahora), Daniel explica, una piedra se levantará de un extremo del mundo y con una fuerza que no es humana, golpeará la estatua con sus temblorosos pies de barro. La estatua se convertirá en polvo y desaparecerá, y la piedra se extenderá por todo el mundo. La piedra simboliza el último reino, el eterno, que nunca será cambiado. El reino de Di-s en la tierra está en manos del Mashíaj. Más actuales que nunca, en estos días las cosas se están materializando realmente. ¡A prepararse!
