Se necesita un valor extraordinario, una firmeza poco común y un gran coraje para enfrentarse al líder de la mayor potencia del mundo, no pestañear y exigirle que no se interponga en el camino de los hijos de Israel. No será simple su reacción, menos aún cuando también se lanzan amenazas personales contra él y su reino.
Pero esto es exactamente lo que hizo Iehuda, frente al gobernante de Egipto, cuando en ese momento no sabía que éste era su hermano Iosef, quien había desaparecido hace unos veinte años. El motivo del fuerte discurso de Iehuda, fue por el intento de separar a los hermanos, reteniendo a Biniamin.
En este acto, Iehuda marcó el camino para todos los que siguieron sus pasos. ¡No hay que afectarse de ningún factor que se interponga en tu camino, mantente firme en los principios, es garantía de victoria!
Años más tarde, en la historia del rollo de Purim, descubrimos una nueva palabra, un apodo dado a Mordejai: "HaIehudí" - El judío. Sí, aunque él mismo era de la tribu de Biniamin y no estaba entre los descendientes de Iehuda, fue llamado judío, a causa del mismo camino que allanó, el Iehuda original, cuando se dispuso a hablar por sus hermanos.
Desde entonces y hasta hoy, este apodo se ha convertido en sinónimo del pueblo de Israel: Los judíos. Respecto a esta denominación, los sabios dijeron que "toda persona que reniega de la "Avodá Zará" (lit. tarea extraña, una referencia a la idolatría), es llamada judía". El Jasidismo explica que esta expresión abarca a cualquier tarea que es extraña o ajena a un judío, cada acción que sea inconsistente con lo que se espera de él. Por lo tanto, él debe rechazarla y anularla y así es llamado judío.
El Rebe de Lubavitch ER"M, refuerza esta idea, cuando nos enseña que el camino que se requiere de todos es, no temer de ningún obstáculo, saber que permanecer firmes en nuestro camino, el camino de la Torá y las Mitzvot, es el camino seguro para vencer a todo aquel que se interponga en el camino.
Lamentablemente, los políticos demostraron una vez más que prefieren el camino de la rendición a las órdenes procedentes de Estados Unidos, que se ejecutan, a veces, incluso a costa de la seguridad de los habitantes de la Tierra de Israel. Así anunciaron esta semana que permitirán el regreso de los terroristas a las zonas donde los soldados del Tzahal dieron sus vidas.
El Rebe, se refiere a menudo a demandas como las provenientes de Estados Unidos y dice que está claro que el propio Estados Unidos no actuaría de manera diferente, si la amenaza hubiera sido para su tierra o para sus ciudadanos, y en cualquier caso, no es moral sacrificar la paz y la seguridad de quienes viven en la Tierra de Israel, rindiéndose a los dictados de quienes están al otro lado del mar, pues estas órdenes no los ponen en peligro a ellos.
De la firme postura de Iehuda, del mismo camino allanado por el firme líder de entonces, debemos inspirarnos y fortalecernos incluso hoy.
No tenemos más remedio que depositar nuestra confianza en el líder que esperamos, el líder que es descendiente directo de Iehuda, un rey que pertenece al linaje real de la Casa de David y Salomón, y que comenzó a irradiar abiertamente con la aparición del Jasidismo y del Rebe, cuya influencia ya es evidente en el mundo entero y muy pronto será revelada a los ojos de todos, cuando todas las naciones del mundo se inclinarán ante él y aceptarán su autoridad.