El público está desilusionado por las mentiras con las que fue alimentado, por cortesía de los medios de comunicación, día y noche. Esto ha quedado claro recientemente, hay una desconexión de la verdadera mentalidad de la mayoría del público, una mayoría silenciada por el poder de una minoría.
Las posiciones de esta minoría ponen en peligro existencial al pueblo en Tzion y son contrarias a la opinión de la mayoría silenciosa.
Entregar territorio al peor de nuestros enemigos ha demostrado una y otra vez ser un paso equivocado en todos los aspectos posibles. Se destruyeron florecientes comunidades judías, se destruyeron vidas de decenas de miles y ¿Qué obtuvimos a cambio? La tragedia del 7 de Octubre, túneles repletos de armas asesinas, un terrorismo que se intensifica y, a pesar de todo, crece la simpatía internacional por la estructura terrorista "palestina".
37 menos 6 equivale a un 31 por ciento que entendió en los últimos tiempos que lo hicieron equivocar y que fue engañado.
El Rebe de Lubavitch, ER"M, vio esto de antemano, hace más de cuarenta años. Con el poder de su profecía, el Rebe describió con colores sombríos, los impactantes sucesos incluso antes de que ocurrieran, señaló la prohibición en la ley de la Torá, clara y explícita en el Shulján Aruj (código de leyes de la Torá), de ir en esta dirección e hizo todo lo que estuvo en su poder para evitar la cadena de desgracias que comenzaron a desarrollarse en ese momento, inspirados por un espíritu de repliegue, renunciamiento y una sumisión con mentalidad de exiliado, de los políticos israelíes.
Ahora nuestros ojos están puestos en otra profecía del Rebe, quien nunca se equivocó. La profecía de la Redención. Pronto quedará realmente claro para todo el mundo, que la Tierra de Israel pertenece enteramente al pueblo de Israel, desde que Di-s se la dio como regalo a nuestro patriarca Abraham.
Apoyado en las revelaciones de los profetas anteriores a él, el Rebe asegura que durante el proceso de Redención milagroso, nuestros vecinos gentiles se anexarán voluntariamente al reino del Mashíaj y verán que es un mérito para ellos, devolver los territorios de Israel al pueblo de Israel, sin guerra. De todo corazón, la Tierra será devuelta a sus legítimos dueños, que son todos y cada uno de los integrantes del pueblo de Israel. Incluso aquellos que no la hayan vistos en sus vidas, tendrán derecho a recibir su parte.
Pero incluso antes de la Redención, nadie tiene derecho a entregar o vender lo que no le pertenece (únicamente) a él. A ninguna persona, ni siquiera en la posición política más alta, se le permite ceder territorio que pertenece a todos los judíos del mundo. Cualquier medida que vaya en contra de la pertenencia a la Tierra de Israel a todos los judíos del mundo -como herencia que recibió de sus antepasados- es claramente ilegal, según cualquier ley. Tanto Divina como humana.
