En las últimas semanas se ha visto y planteado el tema de las fronteras de Israel. En la Torá hay varias Parshiot que cuentan sobre los patriarcas de la nación, Abraham, Itzjak y Iaacov, a quienes, El Santo, Bendito Sea Él, prometió la Tierra de Israel e incluso les trazó sus fronteras futuras.
Abraham nuestro padre, el primer judío, recibió a la promesa de la Tierra durante el pacto con el Creador de "Ben HaBetarim", cuando el Creador le dijo primero: "A tu descendencia entregué esta Tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates", y luego le detalló los nombres de las diez naciones cuyas tierras recibirán sus hijos en el futuro.
De la misma manera, con respecto a su hijo Itzjak, el Creador repitió la promesa diciendo: "A ti y a tus descendientes te daré todas estas tierras, y cumpliré el juramento que le hice a Abraham tu padre", como leímos en las últimas semanas en la Torá.
También nuestro padre Iaakov, recibe la promesa: "La tierra en la que estás acostado, te la daré a ti y a tu descendencia".
Nuestra presencia hoy en la Tierra de Israel no se debe al poder de decisión de la ONU o a manifestaciones de bondad de las naciones. Estamos aquí debido a la misma promesa dada a nuestros antepasados por el Creador del mundo. Él es quien dio a los hijos de Israel, la propiedad absoluta de la Tierra Santa. Los acontecimientos de las últimas semanas, cuando por todos lados nuestros enemigos están tratando de robarla de nuestras manos, mientras las naciones del mundo están de acuerdo con sus reclamos, de una manera u otra, nos muestra que todavía estamos obligados a continuar con la actividad de recuperar la posesión de nuestra tierra.
Y no sólo tenemos que aferrarnos a las fronteras de la Tierra tal como están en nuestras manos ahora, sino que, como revela el Rebe de Lubavitch ER"M, que muy pronto las naciones situadas al este, al norte y al sur nos traerán partes adicionales de la tierra, estas que están incluidas en la misma promesa Divina hecha a nuestro padre Abraham, para que los nuevos límites se extiendan hasta el río.
No en vano los que odian a Israel iniciaron una campaña con un slogan que acompaña a las manifestaciones antisemitas en muchos países: "desde el río hasta el mar...". En algunos fue prohibido por ley hacer esta aclamación. Esta llamada desde el lado del mal, expresa un reconocimiento implícito ¡que ellos nos darán todo!
Pero mientras ellos quieren decir desde el río Jordán hasta el mar, nosotros recibiremos desde el mar hasta el río Éufrates, muy pronto, y todo esto sin necesidad de otra guerra, pero son ellos quienes nos darán la Tierra prometida con sus fronteras reales, tal como nos el Creador nos prometió.
Y la verdad es, que no nos conformamos sólo con la tierra que se encuentra en esta parte del planeta. Leemos en la Torá que a continuación de la misma promesa dada a nuestro padre Iaakov, el Creador, le dice: "Y te expandirás hacia el oeste y el este y el norte y el sur".
Este versículo, que se convirtió en el lema de la generación, por parte de Rebe, como expresión de la influencia espiritual y la Presencia Divina manifiesta que debe estar en todas partes, también afectará la transformación del mundo entero en una Tierra de Israel espiritual, como nos enseñan los sabios: "En el futuro, la espiritualidad de Jerusalem se expandirá a toda la Tierra de Israel, y la espiritualidad de la Tierra de Israel se expandirá al mundo entero".
La forma de que esta promesa Divina se cumpla ya mismo, es apegarse completamente a las instrucciones del Rebe, el Moisés de nuestra generación, difundiendo la Torá y las mitzvot por todas partes, el estudio del interior de la Torá, el Jasidismo con énfasis en el área temática sobre el Mashíaj y la Redención, con constancia y progreso continuo hasta desencadenar la Redención verdadera y completa.