Investigadores europeos lograron congelar el movimiento de la cosa más rápido del mundo: La luz. Y si eso no es suficiente, tuvieron éxito en hacer esto durante un minuto entero. El frenado de luz no es poca cosa. Por su naturaleza se mueve a una velocidad de 300 millones de metros por segundo. ¡Lo que significa que durante este minuto la luz puede volar veinte viajes a la luna! La razón por la cual, los científicos están interesados en "mantener" a la luz en su lugar mientras conservan sus propiedades coherentes (el estado de la información almacenada en ella), es para usarla en el desarrollo de una memoria mucho más rápida y eficiente de la que conocemos hoy, en aras de la futura generación de computadoras, también conocidas como computadoras cuánticas.
El significado del término "luz" en el sentido espiritual es mucho más amplio que el físico y se utiliza para describir un contenido interior que tiene la capacidad de infundir vida. Alternativamente, describe un significado mental o emocional en el "recipiente" (cuerpo) que la almacena. Esta herramienta puede expresar la luz o bloquearla. Por supuesto, debe haber una coincidencia entre la intensidad de las luces y la capacidad de "recipiente" para contenerlas.
En la dimensión interior de la Torá (Cábala y Jasidismo) se destaca la descripción del estado más primario de las cosas, tal como fueron tejidas por la Divinidad, aún antes de la creación del tiempo y del espacio. "Antes" no en el sentido de tiempo, porque es antes de que se creara el tiempo, sino "antes" de un valor, que expresa una virtud espiritual.
Y así, en algún lugar, "antes" de que existiera todo lo que conocemos, se describe un fenómeno que se define como "múltiples luces y pocos recipientes". Este fenómeno provocó un evento que continúa repitiéndose en diferentes variaciones también en la creación y se llama Shebirat HaKelim, "la ruptura de los recipientes" y es el resultado de un desajuste entre las luces y los recipientes. Por ejemplo: Una persona que no puede contener (o tolerar) una noticia aguda y se desmaya, o un niño que reacciona con una rabieta violenta cuando no se le otorga lo que quiere.
La consecuencia de la "rotura de los recipientes" se expresa, entre otras cosas, en nuestra trágica incapacidad de contener, es decir, de absorber, comprender, sentir, conocer, ver y, en resumen, experimentar regularmente, la Divinidad, en carne propia de forma física, en los sentidos y en nuestra mente y sentimiento consciente. Y esto es como parte de un mecanismo de defensa que se activa para nuestro beneficio para evitar que el alma se derrumbe por la intensidad de la experiencia vivida.
Pero muy pronto, todo cambiará. Estamos en el umbral del período de la Redención completa, una época en que la iluminación Divina infinita inundará el universo y, milagrosamente, esta vez nada se romperá. La creación podrá experimentar infinitas luces (revelaciones) Divinas con facilidad y alegría. Los recipientes que se han expandido durante los 5784 años de existencia del universo, están ahora listos para una consciencia completa y eterna de la Esencia misma de Di-s, Bendito Sea.