1. Esta noche es la víspera del vigésimo segundo día de Shevat. Veintidós, כב, en numerología hebrea, se relaciona con el versículo, “A través de ti (בך), Israel será bendecido”. Este versículo indica que “a través de ti”, la bendición se atraerá a todos y cada uno de los judíos, generando acciones positivas que, a su vez, conducirán a más acciones de bendición en un patrón que continuará sin fin.
En última instancia, estas acciones conducirán al cumplimiento de la profecía “Y Di-s secará las lágrimas de cada rostro…”. Lágrimas, (דמעה) en hebreo, equivale numéricamente a 119. La acción positiva de Di-s de secar las lágrimas representa un aumento, que hace que el número llegue a 120, la suma completa de la vida humana. Por lo tanto, cuando Moshe cumplió 120 años, declaró “hoy se cumplen mis días y mis años”.
Lo anterior se relaciona con cada judío, porque cada judío posee una chispa de Moshe dentro de él. Esta chispa de Moshe genera acciones positivas que, como se explicó anteriormente, inician un patrón que continúa generando más acciones positivas por siempre.
La palabra hebrea que significa "por siempre", olam, también significa "mundo" y también se relaciona con la palabra hebrea helem, que significa ocultamiento. Nuestro mundo se caracteriza por el ocultamiento, el ocultamiento de la Divinidad, y esto permite que un alma, “una parte real de Di-s”, se oculte, es decir, que parta de este mundo después de sus “días y años están completos”, es decir, después de haber sido dotados de completitud y plenitud a través de buenas acciones. Y en este contexto también se aplica el patrón mencionado antes. Cada buena acción conduce a más buenas acciones, en una secuencia interminable.
Lo anterior también comparte una conexión con la lectura de la Torá del Shabat anterior que describe la entrega de la Torá. Nuestros Sabios relatan que después de cada uno de los Diez Mandamientos, “las almas de los judíos partieron”, un fenómeno paralelo a la muerte, y Di-s las revivió con el rocío que usará para resucitar a los muertos en la Era de la Redención.
De manera similar, en el contexto actual, hace cuatro años, una “parte real de Di-s”, un alma judía, ascendió de este mundo. Cada año, en el día del aniversario, esta alma asciende a un nivel más alto, de hecho, un nivel inconmensurablemente más alto que los picos que el alma había alcanzado previamente. Esto se refleja en la recitación del kadish este día.
Que el alma alcance el último nivel de ascensión, el nivel que se alcanzará en el momento de la Resurrección. Y que esto suceda en el futuro inmediato. Porque la nuestra, es la última generación del exilio y la primera generación de la Redención. Y el potencial de la Redención se enfatiza particularmente este año, “un año lleno de maravillas” y “un año de maravillas en todas las cosas”.
Bakol (En todo), la última palabra de esta última frase, se relaciona con la triple expresión de bendición asociada con nuestros patriarcas, "bakol mikol kol" (En todo, de todo, todo). Esta expresión, a su vez, es numéricamente equivalente (192) a la palabra hebrea kabetz, que significa “reunir”, y alude a la reunión final de nuestros exiliados. Junto con todos los judíos de la generación actual que procederán a Eretz Israel en medio de salud y alegría, se les unirán "aquellos que yacen en el polvo", las almas de las generaciones anteriores, quienes "se levantarán y cantarán".
En particular, esto se aplica a un alma que ha merecido que muchas niñas judías lleven su nombre y sean educadas en el espíritu en el que vivió y que, a su vez, surgió como resultado de la educación que recibió del Rebe anterior.
Esto se acelerará mediante la distribución del dinero que se entregará a la Tzedaká (cada persona aportará una contribución de sus propios fondos). Esto acelerará la llegada de la Redención cuando “El Santo, Bendito Sea Él, hará una danza para los justos”, una danza a la que se unirá cada miembro del pueblo judío, hombres, mujeres y niños. Y señalarán a Di-s y dirán: “He aquí, este es el Di-s en quien ponemos nuestra confianza”.
Y esto tendrá lugar en el futuro inmediato. “Con nuestros jóvenes y nuestros mayores...con nuestros hijos y nuestras hijas”, procederemos a Eretz Israel “sobre las nubes del cielo”. Y “los que yacen en el polvo se levantarán y cantarán”, con los hombres y mujeres mencionados anteriormente a la cabeza".
Motzaei 22 de Shevat - Segunda charla
1. Esta noche marca la conclusión del día 22 del undécimo mes. Como se mencionó en una ocasión anterior, el número once está asociado con la frase “un viaje de once días desde Joreb”. Esto implica que después de la experiencia de Joreb, la entrega de los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí, existe la necesidad de pasar a un peldaño más alto, “un viaje de once días”.
Esto enseña que la persona no debe contentarse con el servicio de los diez poderes conscientes del alma, sino que también debe involucrar nuestros poderes abarcadores, incluido el poder de la iejidá (el nivel más sublime del alma), cuya naturaleza trascendente está simbolizada por el número once. Además, ambas dimensiones del servicio deben fusionarse.
La fusión de los niveles simbolizados por los números diez y once se relaciona con nuestro tiempo presente, el momento en que todas nuestras energías están dirigidas a "traer la Era del Mashíaj". Esta será la décima Redención. Simultáneamente, hay una conexión con el once porque “las nuevas dimensiones de la Torá que surgirán de Mí” representan un aumento más allá de los Diez Mandamientos y, por lo tanto, se relacionan con el número once.
El día 22 del undécimo mes está asociado con el versículo: “A través de ti (בך, el equivalente numérico de 22), Israel será bendecido”. Esto está asociado con las bendiciones que cada judío da a cada uno de sus semejantes judíos. Estas bendiciones, a su vez, tienen su fuente en las 22 letras de la Torá.
La transmisión de estas bendiciones comienza el día 21 del mes, un día asociado con el versículo “Sólo (אך, el equivalente numérico de 21) el bien para Israel”. Que este versículo se cumpla de la manera más literal en el futuro inmediato, con la revelación del bien revelado y visible, el bien esencial de la Era de la Redención. En ese momento, “el espíritu de impureza será removido – es decir, total y completamente anulado – de la tierra”. (El número 21 también comparte una conexión con el Rebe anterior, ya que su aniversario es el décimo día del undécimo mes, diez más once es igual a veintiuno).
La fusión de los números diez y once mencionada anteriormente (la plenitud de lo existencial y lo trascendente a su esquema decimal) se relaciona con las dos porciones de la Torá relacionadas con la semana actual, la Parshá Itro y la Parshá Mishpatim. Como se mencionó anteriormente, los Diez Mandamientos de la Parshá Itro expresan la cualidad que simboliza el número diez dentro de la Torá. La cualidad trascendente del once se alude en el versículo inicial de la Parshá Mishpatim: “Estas son las leyes que pondrás (tasim en hebreo) delante de ellos”. Tasim comparte una conexión con la palabra hebrea sima, que significa "tesoro", en referencia a Pnimiut HaTorá (la dimensión interior de la Torá), el aspecto de la Torá asociado con el número once.
Después de la entrega de la Torá, llegar a este nivel requería “un viaje de once días”. En la actualidad, sin embargo, es posible fusionar los niveles diez y once inmediatamente, sin ningún paso de tiempo. Incluso después de la entrega de la Torá, existía la posibilidad de que este nivel se alcanzara más rápido de lo habitual. Así, en su comentario al versículo anterior, Rashi relata que los judíos hicieron este viaje de once días en tres días.
Este paso acelerado fue posible porque el Arca del Pacto viajó antes que el pueblo judío. En este contexto, vale la pena señalar que a veces los dos versículos que comienzan con “Y sucedió cuando el Arca partió” se consideran un Libro separado e independiente de la Torá y, por lo tanto, el libro de Bamidbar se divide en tres libros, lo que lleva a que el total de todos los Libros de la Torá es siete.
Generalmente, la Torá Escrita se asocia con el número cinco, los cinco libros de Moisés, y la Torá Oral se asocia con el número seis, los seis órdenes de la Mishná. La división en siete, sin embargo, alude a las siete divisiones generales del pueblo judío, tal como se refleja en los siete brazos de la Menorá (Candelabro).
Aunque tenía siete brazos, la Menorá incluida su pata, estaba hecha de una sola pieza de metal, lo que refleja la unidad del pueblo judío. La pata (ierej en hebreo) de la Menorá desciende hacia abajo, lo que indica que esta división se relaciona con los judíos tal como están involucrados en la observancia de las Mitzvot, el ámbito de la Torá que se relaciona con los asuntos mundanos.
El concepto de que la pata refleja una participación en asuntos mundanos también se refleja en el hecho de que cuando Iaakov estaba luchando con el ángel de Esav, el ángel lo hirió en la pierna (ierej). Y de hecho, el efecto de esa herida fue tal que, como resultado, a los judíos se les prohibió comer el Guid HaNashé, el nervio dentro del muslo.
[En este contexto, surge la pregunta: ¿Se aplicará la prohibición de comer Guid HaNashé en la Era de la Redención? Por un lado, el cumplimiento de las Mitzvot no será anulado en la Era de la Redención. Por otro lado, dado que todos los factores negativos serán anulados en ese momento, es difícil concebir que esta Mitzvá, que es el reflejo de una influencia negativa, seguirá vigente].
La dimensión positiva asociada con el Guid HaNashé será revelada en la Era de la Redención, porque entonces el “cuerpo del Santo Rey”, los 248 mandamientos positivos y los 365 mandamientos negativos, alcanzarán su estado final de perfección. Y se revelará cómo incluso los 365 mandamientos negativos reflejan fuerzas positivas encarnadas en los 365 tendones. Todas estas cualidades se reflejarán en los cuerpos físicos reales del pueblo judío, cuyos 613 componentes reflejan las 613 Mitzvot de la Torá.
Cuando las siete Mitzvot de los sabios se suman al número 613, se alcanza la suma de 620. 620 es numéricamente equivalente a la palabra hebrea "keter", corona. Aquí hay un punto de conexión con la Casa de David a quien se le ha concedido la monarquía como herencia eterna.
Al dar Tzedaká aceleraremos la llegada de la Redención y la revelación de “las nuevas dimensiones de la Torá que surgirán de Mí”. En esta Era, todos los judíos serán reunidos en la Tierra de Israel. Aquí hay una conexión con el año actual, “un año de maravillas en todas las cosas”, Niflaot Bakol. Porque Bakol está asociado con la triple expresión de bendición asociada con nuestros patriarcas, bakol mikol kol, que es numéricamente equivalente a la palabra kabetz, que significa “reunir”, una alusión a la reunión de las diásporas
Y en el futuro inmediato, seremos reunidos en Eretz Israel. Esto se acelerará tomando buenas decisiones con respecto al estudio de Pnimiut HaTorá, que está asociado con nuestros poderes abarcadores que se relacionan con el sentido del olfato. (Aquí hay una conexión con el nombre Mushka que está asociado con el sentido del olfato). Y también al tomar buenas decisiones para el estudio de la ley de la Torá y el cumplimiento de las Mitzvot [que están relacionadas con el nombre Jaia, porque la Torá y sus Mitzvot son “nuestras vidas (Jaienu) y la duración de nuestros días”]. A través de estas acciones, mereceremos el cumplimiento de la Mitzvá: “Y me harán un Santuario y habitaré dentro de ustedes”, con la construcción del Tercer Beit HaMikdash. Que esto suceda en el futuro inmediato.
(El Rebe - Sefer HaSijot 5752/Aniversario de la Rebetzn Jaia Mushka)
