El carácter absoluto de las matemáticas no se entiende por sí solo, porque la pregunta de si la matemática es una invención (una creación de la mente humana) o un descubrimiento (existe sin depender de nosotros) aún no se ha decidido en un sentido u otro. Muchas buenas personas han abordado y se ocupan de este interrogante y probablemente muchos más se ocuparán. La respuesta obvia es que mientras tanto, sean probablemente ambas cosas.
La mayoría de la gente ni siquiera se detiene a pensar por qué no vemos al Santo, Bendito Sea Él, a pesar de que Él está en todas partes. Di-s es la verdadera existencia de todo lo que existe (las criaturas) incluso después de su creación. ¿Por qué, entonces, no vemos lo único que realmente existe y vemos tan bien todo lo demás (que en realidad no es más que una expresión de la realidad Divina que todo lo abarca)? ¿Por qué no sentimos y experimentamos la Divinidad en nuestra variedad de sentidos, cuando la experiencia de la Divinidad es la base y lo que incluye a todas nuestras experiencias? ¿Por qué vemos y sentimos una imagen (física) de la realidad y no la realidad tal como es?
Estas preguntas profundas se analizan en la Torá y especialmente en la filosofía jasídica de Jabad. Un estudio serio de la Torá jasídica de Jabad permite al alumno separar la imagen visible y la real existencia y conduce a una agudización y afinación adecuada de los sentidos, de modo que la experiencia de la verdad se fortalecerá y repelerá la fantasía.
Una de las últimas indicaciones del Rebe Lubavitch dice: ¡Abre los ojos! Es decir: Dejar de ser esclavos de la visión imaginaria que inventa una realidad ficticia. Estamos en una época en la que por fin, se otorgó el poder para asociar también el sistema fisiológico de los sentidos (y no sólo los ojos de la mente) con la visión de la verdad pura. Descubrir la verdad Divina en cada cosa, en cada situación y en cada criatura y así ver que el mundo entero está listo para un gran descubrimiento verdadero: La revelación Divina a los ojos de todos.
El Rebe expresa esta certeza con las palabras: "El mundo ya está listo", y no necesariamente el mundo que se ocupa de la espiritualidad. En los últimos sesenta años, cuando la ciencia ha logrado logros tecnológicos y teóricos sin precedentes, incluido el desarrollo del poder de la informática, es precisamente ahora cuando alcanza también la mayor intuición de todas: Que la comprensión del universo no es posible con la mente humana.
Los grandes científicos están verdaderamente maduros hoy para dar la bienvenida a lo que Maimónides describe como la Redención de la mente: "Y en aquel tiempo (la Redención completa)... no será la dedicación de todo el mundo sino conocer a Di-s solamente".
