La adicción a las drogas y al alcohol es una enfermedad de base biológica que provoca un inmenso sufrimiento y graves daños emocionales, de salud y económicos. Se hacen muchos esfuerzos para rehabilitar a los adictos, pero lamentablemente muchos vuelven a caer en la droga incluso después de años de rehabilitación y tratamientos psicológicos y fármacos. De hecho, alrededor del 70-80% recaen dentro del año de recuperación.
Una de las causas de este proceso crónico son los recuerdos persistentes que vinculan objetos y lugares al alcohol. Por ejemplo un bar, botellas de bebidas, y por supuesto el típico aroma y sabor. Estos recuerdos se convierten en un deseo ardiente al que es difícil resistirse, y son el comienzo de la caída.
Como parte de un intento por comprender mejor los mecanismos cerebrales y biológicos que subyacen a los procesos de memoria que conducen a una caída, se llevó a cabo un nuevo y sorprendente estudio que demostró (hasta ahora en ratas) que estos recuerdos alcohólicos pueden borrarse selectivamente, sin dañar otros recuerdos, previniendo así la nueva caída a la adicción.
La memoria del exilio con sus mil caras, es también una reflexión hacia atrás, a lo que fue, que despierta una gama completa de reacciones emocionales, siendo la principal, el miedo. Reacciones que arrastran y llevan a un ánimo y a una conducta de "exilio". Con respecto a nosotros, recuerdos dolorosos de un pasado glorioso que fue destruido, un largo exilio lleno de exterminio y destrucción y sufrimientos de todo tipo.
El hecho probado es que "quien mira hacia atrás, cae" y se vuelve encorvado, deprimido y de poca fe. Para ser redimido se debe "girar" la cabeza. Salir de esos recuerdos y empezar a mirar hacia adelante, hacia el futuro. Allí nos esperan experiencias completamente diferentes que pueden borrar y resetear los viejos recuerdos.
En el futuro, incluso los buenos recuerdos no serán la cúspide. En el Jasidismo se explica que incluso los tiempos maravillosos que se caracterizan por los grandes milagros del pasado quedarán empequeñecidos frente a la intensidad del bien, que será nuestra porción en el momento de la Redención. Los recuerdos amargos perderán su significado anterior. El alma se llenará de comprensión y aceptación que borrará la amargura y el dolor de la experiencia pasada. Al contrario: Los sucesos del exilio se comprenderán de nuevo, cuando se descubra que también fueron capas en la construcción de una Redención maravillosa.
Ahora ya podemos comenzar a intentar comprender todo de nuevo, si tan solo desviamos nuestra atención del difícil significado exiliar (ocultante) de las cosas, y nos esforzamos en buscar el buen sentido, la conexión con la Redención inminente en todo lo que sucede.
El Rebe de Lubavitch, ER"M, pide "abrir los ojos", mediante el estudio de la Torá del Jasidismo, y en particular, a través del estudio sobre el Mashíaj y la Redención en la Torá, que están especialmente iluminados en las enseñanzas del propio Rebe. Él también asegura a quien se esfuerza en hacerlo, nuevas imágenes y experiencias emocionales de un tipo completamente diferente. Y lo más importante, un progreso real y seguro hacia la materialización eterna de la intención Divina, que desde los albores de la historia ha sido y sigue siendo una: La redención verdadera y completa.