Se acostumbra abrir con bendición. [El Rebe Shlita luego anunció: “Gut Iom Tov” tres veces.] Es apropiado que la “apertura con bendición” se repita tres veces en el presente día, porque el concepto de alegría se menciona tres veces en relación con la festividad de Sucot.
Una serie de tres crea una jazaká, una secuencia asociada con la fuerza y la consolidación, causando que la influencia continúe extendiéndose en el futuro. Hay un énfasis adicional en esto en Sucot, porque Sucot es la primera festividad del nuevo año.
A Sucot se le conoce como Jag HaAsif, “la festividad de la cosecha”. Este nombre también se relaciona con los judíos reuniéndose juntos con Amor al Prójimo. Tales reuniones precipitan la reunión definitiva del pueblo judío que tendrá lugar en el momento de la Redención. Porque cuando la división y la contienda, la causa del exilio, sean anuladas, el exilio mismo, que es la consecuencia, será anulado. Procederemos todos juntos “con nuestros jóvenes y nuestros ancianos... nuestros hijos y nuestras hijas” a nuestra Tierra Santa, a Jerusalem, al Beit HaMikdash y al Kodesh HaKodashim.
Dentro del Kodesh HaKodashim se encuentra la Piedra Fundamental (o Basal), que sirve como base para la existencia de toda la tierra. El hecho de que la Base de la tierra esté en el Kodesh HaKodashim afecta la naturaleza del mundo y lo eleva. Aunque una base (y por tanto, los efectos de una base) está oculta y no se ve abiertamente, sin embargo, dicha base afecta a toda la estructura que se erige sobre ella. Sin duda, esto se aplica en relación con la Piedra Fundamental, porque se revela abiertamente.
El efecto de la Piedra Fundamental es que enfatiza que toda la existencia se basa en las veintidós letras del alfabeto hebreo. La primera letra del alfabeto hebreo, es la Alef (א) y la letra final, es la Tav (ת), ambas forman la palabra "et" (את). Según la gramática hebrea, la palabra "et" se utiliza para referirse a una entidad de importancia secundaria. De manera similar, el mundo tiene una importancia secundaria y depende de las letras de la Torá. Asimismo, el mundo es secundario en importancia y dependiente del pueblo judío. Porque, como se afirma en Tana DeBei Eliahu, la existencia del pueblo judío se anticipó incluso a la Torá misma.
La precedencia del pueblo judío, sin embargo, también afecta a la palabra y a los hechos. De hecho, es "la última acción" que "fue primera en el pensamiento". Así, es a través de la calidad de los hechos que se revela la prominencia esencial del pueblo judío. Esto es particularmente relevante en la actualidad, porque ya hemos pasado por todos los niveles en el orden espiritual de los mundos hasta el nivel más bajo de acción.
De manera similar, las letras Alef y Tav forman "Ta"" (תא) que en arameo significa “llegó”, indicando que la influencia desde "Arriba" ha llegado a su destino previsto.
Lo anterior se relaciona con el concepto de los "ushpizin", los siete invitados de honor que están asociados con la festividad de Sucot. En particular, esto se relaciona con los siete ushpizin mencionados en el Zohar (Abraham, Itzjak, Iaakov, Moshe, Aharon, Iosef y David) y los ushpizin jasídicos (el Baal Shem Tov, el Maguid, el Alter Rebe, el Miteler Rebe, el Tzemaj Tzedek, el Rebe Maharash y el Rebe Rashab) que fueron mencionados por el Rebe anterior. (En el último caso, el Rebe anterior señaló un lugar y dijo: “Aquí se sentó el Baal Shem Tov. Aquí se sentó el Maguid”).
Los ushpizin son invitados. En un sentido profundo, el concepto de anfitrión se refiere a Di-s, porque el mundo es Su morada y cada judío es un huésped de Di-s. Aunque un judío es “un hijo en la mesa de su padre” y un hijo debe servir a su padre, cuando un hijo es invitado en la casa de su padre, el padre sirve al hijo. Un judío es sólo un huésped en este mundo, porque cada judío es verdaderamente “una parte de Di-s” y por lo tanto está por naturaleza por encima de los límites del mundo. Y por lo tanto, Di-s, el anfitrión, debe cuidar de él y mostrarle honor.
Un huésped está obligado a bendecir a su anfitrión. En el contexto anterior, esto se refiere a las actividades de los judíos que revelan la influencia de Di-s en el mundo en general. En particular, el ushpiz de hoy, Abraham nuestro Patriarca, comparte una conexión con el concepto anterior, ya que reveló la existencia de Di-s a través de la meditación sobre asuntos de este mundo. Reveló que Di-s creó el mundo a partir desde la nada absoluta y que, en esencia, la existencia material es una con la esencia de Di-s. La revelación plena de estos conceptos será en la Era de la Redención, cuando “Di-s reinará para siempre” y “Ese día, Di-s será Uno y Su Nombre, Uno”.
Como se mencionó antes, es necesario honrar a los invitados. El mayor honor que podemos dar a nuestro huésped, Abraham, es esforzarnos en parecernos a él. Con respecto a Abraham, encontramos la expresión “Abraham era uno”. De manera similar, cada judío tiene el potencial de reflejar esta unicidad, ya que a los judíos se les llama “una nación en el mundo”.
Esto nos permitirá entrar en Sucot con gran alegría, una alegría que “derriba barreras”. Esto se verá reforzado por el hecho de que todos han resuelto celebrar en Simjat Beit HaShoeva y difundir esta alegría con los demás.
Y junto con la influencia de los ushpizin y en particular, los ushpizin de la noche actual, Abraham y el Baal Shem Tov, nos acercaremos a la Redención definitiva. Y esto será de una manera maravillosa, como es característico del Baal Shem Tov. Sin demora alguna, procederemos a Eretz Israel, a Jerusalem, al Beit HaMikdash y al Kodesh HaKodashim. Que esto suceda en el futuro inmediato.
[El Rebe Shlita volvió a anunciar “Gut Iom Tov” tres veces y comenzó a cantar la melodía de Hakafot de su padre).