En la física "el modelo estándar" es un marco teórico que describe las partículas que existen en el universo y las interacciones (fuerzas que actúan) entre ellas. En el año 1928, los cálculos del modelo concluyeron que cada partícula debe tener una antipartícula. La antipartícula tiene la misma masa que la partícula, pero su carga eléctrica es opuesta.
Por ejemplo, la antipartícula del electrón poseedor de carga eléctrica negativa, es el positrón. Es "similar" en todo a un electrón, excepto que su carga eléctrica es precisamente positiva. En sentido figurado, la antimateria es como una imagen que da un espejo: Lo mismo, solo que al revés. La izquierda verdadera aparece en el espejo como la derecha, y la derecha verdadera, como la izquierda. De hecho, en 1932, se descubrió el positrón.
Esperaríamos que la antimateria fuera tan común en nuestro mundo como la materia. Pero solo para el conocimiento general, esta (anti)materia es la sustancia más cara del mundo. ¡Un gramo de antimateria cuesta varios miles de billones de dólares!
Cuando Di-s, Bendito Sea, creó Su mundo, lo hizo siguiendo un patrón que se describe en el texto del versículo: "Di-s hizo esto en oposición a esto". Es decir, en contra de cada cosa creada ("esto"), su "oposición a esto" fue creada. Una entidad que puede parecer exactamente igual, pero desde su aspecto esencial, su "carga" interna, es en realidad, lo contrario.
Hablando en términos generales, se trata del mal ("oposición a esto") frente al bien ("esto"). El mal puede parecerse al bien hasta la medida, en que podemos confundirnos entre los dos: Avaricia frente al ahorro, despilfarro versus generosidad, estupidez contra inocencia, rigidez frente a estabilidad, creencias vanas versus la verdad de la Torá, mística contra Cábala. E incluso en el interior de un judío hay dos almas en la estructura de "esto en oposición a esto".
Lo que es frecuente aquí, en este mundo, en la espiritualidad, es la "materia" mala. Debemos esforzarnos duro y "pagar" un alto precio, para producir un poco de antimateria aquí: Lo Anti-malo. La Verdad, la Santidad y la Pureza verdaderas, no son "típicas" ni "naturales" en este mundo.
Hay aquí, sólo hay un punto liberado de las cadenas de la "materia" conocida. Un punto que no tiene ningún equivalente en "oposición a esto". Un poder que no tiene un enemigo de igual valor, opuesto. Este punto se llama en el lenguaje de la Cábala y el Jasidismo: "Iejidá SheBeNefesh", el aspecto de unicidad que hay en el alma. Tal como indica su nombre, éste nivel es -único- y no hay oposición. Este nivel del alma expresa perfectamente a la Divinidad pura.
Este punto existe, de hecho, en el alma de cada judío, pero en su cúspide se expresa en cada generación en la personalidad del líder de la generación. En nuestra generación, es el Rebe Lubavitch, ER"M, el nivel de "Iejidá general". Desde él fluye hacia al mundo entero, el poder para descubrir la verdad. Destruir el mal, revelando la intención interior que subyace en la creación del mal que es similar al bien: La intención de posibilitar que la elección del bien sea verdaderamente libre.
La elección misma del bien redime el mal de su aspecto exterior y superficial, y lo convierte en bien, en muy bien. Una transformación que se completará con la Redención completa que vendrá de inmediato.
La elección misma del bien redime el mal de su aspecto exterior y superficial, y lo convierte en bien, en muy bien. Una transformación que se completará con la Redención completa que vendrá de inmediato.