El área cerebral que vincula los eventos con las emociones se llama amígdala cerebral. En el trastorno de estrés postraumático, la amígdala trabaja horas extras y vincula el evento traumático con un miedo exagerado. Cada vez que se recuerda el evento (y sucede con demasiada frecuencia), se despierta una reacción de miedo agudo con intensidades que no se ceden o apenas se debilitan con el tiempo. Mientras que en la mayoría de las personas, las pesadillas y la ansiedad se debilitan y desaparecen después de un período de tiempo, en aquellos con trastorno de estrés postraumático severo, incluso el tratamiento mental y de medicamentos no ayuda, y la vida se vuelve insoportable.
En un intento por aliviar el sufrimiento de los soldados estadounidenses que regresaron en esta condición de las guerras de Irak y Afganistán, ahora se hacen experimentos para interrumpir las señales provenientes de las regiones hiperactivas del cerebro hacia la amígdala, implantando pequeños electrodos en los cerebros de los pacientes. El dispositivo proporcionará una estimulación suave para controlar los circuitos neuronales anormales en sus cerebros.
Los estudios preliminares en animales muestran que la estimulación eléctrica del cerebro para reducir la hiperactividad es más eficaz que los antidepresivos. La estimulación eléctrica es en realidad, la forma natural en que el cerebro funciona. Cuando algo falla en el "cableado" eléctrico natural, funciona de más o de menos, aparecen patologías cerebrales y psiquiátricas.
Sin embargo, el sufrimiento terrible de estas u otras personas -ya sea por post-trauma o por otro tipo de problema- enfatiza el hecho de que en realidad vivimos "dentro de nuestras cabezas" más que en cualquier otro lugar. Y como prueba de esto, aunque es claro para los soldados que esa guerra ha terminado y que nunca más volverán allí y a pesar de que en sus mentes entienden de manera perfecta que ahora todo está bien, sus cerebros todavía les hacen vivir ese infierno de una manera que es difícil liberarse hasta el punto de que sus vidas no son vidas.
En mucha menor medida pero, en definitiva, continuamente, todos vivimos en una especie de exilio interior que nos impone estados de ánimo y percepciones emocionales incorrectas o al menos exageradas. Algunos de nosotros no somos conscientes, en absoluto, de que gran parte de su enfoque de la vida y los pensamientos que la caracterizan no son necesariamente realistas. Algunos trabajan sobre sí mismos tratando de ver lo bueno que existe en cada situación, ya sea como autoconvencimiento o por un aspiración real de descubrir la verdad. Existen muchos métodos que ofrecen ayuda en esta área.
El más eficaz, rápido y seguro de todos es el método propuesto en el Jasidismo: "Piensa bien (con la confianza total de que entonces) y será bueno". Indiscutible, no es tan simple como parece. Para que sea perfecto, tienes que estudiar mucho y practicar todo el tiempo y lo principal, es encontrar la orientación adecuada. Sobre todo, como en todas las cosas, necesitas la ayuda del cielo, y esta siempre llega cuando realmente la anhelas y cuando la pides, es decir, le rezas a Di-s que llegue. El trabajo espiritual de "Piensa bien" lleva al cerebro a la "estimulación" correcta, sanación y Redención personal. Esta tarea es nuestro aporte personal en la Redención general.