Todos estamos familiarizados con el fenómeno de que cuando miramos a un pez desde diferentes ángulos en un acuario circular, éste se verá desde cada ángulo como si estuviera en un lugar diferente. Esto se debe a que la luz se distorsiona al atravesar el vidrio o el agua.
Las leyes físicas que describen esta curvatura de la luz fueron definidas por científicos ya en el siglo 17. Y la novedad: Hace unos 15 años, el profesor Leonhardt sorprendió al mundo de la ciencia cuando publicó artículos que describían cómo se pueden aplicar los principios de la curvatura de la luz, para hacer invisibles a los objetos.
En el diseño de nuevos materiales ópticos, la luz se puede ajustar para que se mueva de forma circular, mientras que puede "pasar por alto" a un objeto que está en el centro del círculo, haciéndolo así invisible.
En contraste con el "agujero" invisible en el centro del círculo, la capacidad de distorsionar la luz también se puede usar para todo lo contrario y, con su ayuda, crear una imagen y visualización perfectos, al "dispersar" los rayos de luz y luego "juntar" a estos con nitidez. Tal técnica hace posible ver incluso objetos más pequeños que la longitud de la onda de la luz visible.
Los trucos ópticos de este tipo debilitan la certeza y la confianza imaginarias que la mayoría de los seres humanos asocian a sus ideas, según las cuales sólo existe lo que ven. Y lo que no (no ven, no fotografían, o al menos logren medir) no existe. Esto incluye una visión espiritual, a los ojos de la mente, que es cuestión de entendimiento, por lo menos mínimo. Esta es una falsa certeza que nos hace perder gran parte de la Creación que nos rodea, que es invisible para las "máquinas de visión" microscópicas que hemos desarrollado.
Aunque la mayor parte de la realidad no es visible a nuestros ojos, tenemos la oportunidad de conocerla y analizarla incluso ahora, antes del descubrimiento. Muy pronto Hashem iluminará nuestros ojos con una nueva luz que no se nos ha permitido utilizar hasta ahora. Muchas cosas que han estado aquí todo el tiempo serán descubiertas de repente. Pero, ya en el presente, se otorgó la posibilidad de estar conscientes de ellas.
En especial, para la mayor revelación de todas: La revelación del Mashíaj.
Él también, en esencia, (como se aclarará entonces sin lugar a dudas) se halla aquí todo el tiempo e influencia a la realidad concreta más que cualquier otra persona. Aunque la mayoría de nosotros no podemos verlo, de forma corriente. Ya hace 400 años, Rabí Itzjak Luria, el sagrado "Arizal", (líder de la parte oculta de la Torá) describió la revelación del Mashíaj como un proceso: Primero el Mashíaj se revelaría sólo a una parte del pueblo. Luego de esto "se encubrirá", es decir, se ocultará de los ojos de todos por un período de tiempo, tras el cual, volverá a revelarse, esta vez a los ojos de todos.
Esta revelación abrirá el período de la visión absoluta: Todos verán la fuente de todo, El Santo, Bendito Sea Él, en su honor, en sí mismo. Como está escrito: "Todos los ojos verán el retorno de Hashem a Tzión". "Y tus ojos verán a tu maestro". "Aparecerán ante Di-s en Tzión".