Esto tiene su virtud pero también tiene su defecto: Es muy difícil desarrollar fármacos para el tratamiento de enfermedades cerebrales, porque estos se detienen en la barrera y no son capaces de entrar. Para ello, deben estar "montados" en un "transportador", que es una de las proteínas con capacidad de penetración, pero estos, como se mencionó, son muy pocos y solo pueden pasar de contrabando cantidades ínfimas de drogas.
Como sucede en muchos casos, la solución puede venir de direcciones completamente inesperadas. Y esta vez fue precisamente el temido virus del VIH (SIDA) quien vino al rescate. El VIH es el campeón de la penetración. Entra fácilmente en las células de los mamíferos, en las células del sistema inmunológico e incluso puede migrar de una célula a otra. Es capaz de crear por sí mismo un "abridor" de la barrera hematoencefálica y penetrar el cerebro y la columna vertebral. Investigadores del Instituto Weizmann aislaron la proteína particular que actúa como abridor y lograron transferir grandes cantidades de sustancias a través de una barrera similar que crearon para este propósito en un laboratorio.
En el Jasidismo, se han enseñado varios ejemplos para representar la idea de que el mal también puede usarse para el bien. Es decir, que de hecho también puede ser bueno, dependiendo de cómo lo "utilizan" a él.
Y lo mismo se aplica en el terreno espiritual: Para "penetrar" y traspasar muros (de desinterés, frialdad e indiferencia) hay que ser al menos tan fuerte como el muro. Necesita cualidades similares y apropiadas de dureza, complejidad y astucia. A veces incluso tienes que ser un "doble agente". Es decir: Venir "de allí", pertenecer desde el principio al reino del enemigo, para llegar a él sin despertar sospechas y oposición (anticuerpos). Estas cualidades se denominan en el lenguaje de la Cábala y el jasidismo "Orot DeTohu" (lit. luces del caos). Una expresión que describe fuerzas inmensas sin restricciones ni límites, que pueden destruir y romper estructuras delicadas. Pero cuando se usan inteligentemente, se encauzan al servicio de mejorar la medicina y la Santidad, y pueden salvar vidas.
Por ejemplo, el veneno de serpiente, a partir del cual se prepara un suero que salva vidas contra el lupus. Toxinas venenosas a partir de las cuales se fabrican los anestésicos médicos.
Entre los rasgos del alma, se puede mencionar la obstinación, que se percibe como un rasgo negativo, pero cuando se expresa en el lugar correcto, como una exigencia, un ultimátum intransigente por la Redención verdadera y completa, sin ningún tipo de posibilidad de retractación ni voluntad de renunciar a nada, es extremadamente beneficioso. Hay que obstinarse con Di-s, Bendito Sea, para que deje de esconderse y que haga desaparecer la pena, el odio y los celos. Obstinarse ante el Rey Mashíaj, repetir y clamar que pedimos y aceptamos su reino sobre nosotros, trayendo así su revelación. Obstinarse como sólo los judíos saben hacerlo. ¡Y funcionará! Esta es una promesa del Rebe de Lubavitch, ER"M.
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