Cada vez se más dinero y pensamiento son invertidos en tratar de encontrar fuentes de energía alternativas. Las ideas que hasta hace poco no se consideraban serias, ahora están siendo reexaminadas, principalmente debido a los precios del combustible que se han disparado recientemente a niveles sin precedentes.
Una de las posibilidades más prometedoras parece haber sido extraída directamente del mundo antiguo y ya se está aplicando con gran éxito: la fuerza del viento. Como en cualquier campo científico, aquí también surgen ideas nuevas y originales, y en algunos casos reciben un tratamiento serio, es decir, una adecuado otorgamiento de partidas presupuestarias para la investigación.
Por ejemplo: En el Technion de Sídney, Australia, analizaron la posibilidad de lanzar turbinas (con enormes hélices) a la corriente en chorro (una ráfaga de viento extremadamente rápida y constante que da la vuelta al mundo a una altura de entre 4.5 y 13.5 kilómetros). Los generadores voladores transferirán la corriente eléctrica generada en ellos hacia abajo, en una red de cables, directamente a las estaciones terrestres de las que fluirán a la red eléctrica.
Otra visión que probablemente tomará forma en un futuro cercano es la propulsión de buques de carga por energía eólica. Ya sea por velas gigantes unidas al barco, o por el poder de velas gigantes parecidas a cometas (En Argentina llamadas "barriletes"), que hacen uso de los vientos más fuertes que soplan en lo alto y empujan el barco al que están enganchados, hacia adelante.
El 95 por ciento del comercio mundial intercontinental se realiza por mar, y el ahorro del 30 al 50 por ciento que se espera con el uso de velas modernas es muy significativo. Por no hablar del beneficio de prevenir la contaminación del mar y del aire, que perjudica la vida tanto en el mar como en la tierra.
El 95 por ciento del comercio mundial intercontinental se realiza por mar, y el ahorro del 30 al 50 por ciento que se espera con el uso de velas modernas es muy significativo. Por no hablar del beneficio de prevenir la contaminación del mar y del aire, que perjudica la vida tanto en el mar como en la tierra.
El abandono de los conceptos técnicos conservadores (naftas, carbón) y el regreso a fuerzas, en cierto sentido "anticuadas" y más limpias, es resultado directo de una corriente espiritual que se desarrolla y crece en el mundo posmoderno. Una tendencia que parte del reconocimiento, de que lo que verdaderamente te hace feliz y lo que verdaderamente te hace avanzar, no es lo físico y lo material, que justamente contamina. Estamos buscando algo más que otorgue resultados más limpios y de mayor calidad y esta búsqueda se expresa en diferentes y variadas formas y culmina con éxito precisamente en el sonoro descubrimiento de que "lo que fue es lo que será", el antiguo descubrimiento, el espiritual, que de hecho siempre ha estado aquí, disponible y amistoso, esperándote.
Y, sin embargo, hay una novedad en nuestra generación: Un gran poder espiritual Divino. Este es el poder del Rey Mashíaj. Muchas generaciones han estado esperando este espíritu, que descenderá desde alturas espirituales inimaginables a este mundo, ¡y aquí está! Solo hace falta levantar el ancla para desconectarse de la pre-fijación espiritual. La vieja y gastada forma de pensar. Desplegar las velas de la preparación para la verdadera renovación espiritual y combinar esto con buenas acciones, y dejar que el buen espíritu, el espíritu del Mashíaj, nos lleve a la orilla segura de la Redención.