¿Acaso una "casualidad" como esta, le puede suceder a cualquier persona? En 1854, Louis Pasteur (inventor del proceso de pasteurización) se refirió al descubrimiento accidental diciendo: "En el campo de las observaciones, el azar sólo sustenta a una "mente preparada". "Mente preparada" es un concepto que se toma del mundo de la literatura y describe una mente en la que se almacenan conocimientos y experiencias previas en el área a la que se dedica el investigador. Y estos conocimientos y experiencias acumuladas crean en la mente una disposición para identificar el descubrimiento inesperado aprovechando la ocasión.
También sobre el Mashíaj está escrito que viene "por casualidad" y "de forma inesperada". Es una de las tres cosas sobre las que los sabios dijeron que vienen cuando estamos distraídos (las otras dos son una "metzíe" (hallazgo) y un escorpión) ¿Qué significa "distracción"?
En las enseñanzas del Jasidismo se explica que esto se refiere a un estado espiritual que está "por encima de la mente", que expresa la capacidad de distraer la mente y elevar al alma a niveles de fe que no dependen de estructuras mentales limitantes. Este estado espiritual se denomina "Espacio propio" y se caracteriza por la recepción de información sin el filtro del intelecto, sin sus intervenciones del tipo: "Esto no puede existir", "Esto no es lógico, por lo tanto no lo veo".
La antigua pero científica formulación de Louis Pasteur sobre la "mente preparada" para los descubrimientos accidentales, básicamente significa que los descubrimientos no son tan accidentales. Siempre estuvieron aquí y simplemente "esperaron" hasta que alguien maduró lo suficiente y desarrolló una disposición para absorberlos.
Esta formulación es muy adecuada para la repentina absorción (iluminación) que pronto afectará a toda la humanidad. En el transcurso de miles de años de historia la Redención estuvo y está presente y amanece ante nosotros, siempre es posible. Ella simplemente está esperando la maduración de la humanidad, aquella apertura "como la punta de una aguja", que le permitirá irrumpir adentro en nuestra conciencia con una luz grande y repentina.
Al igual que Arquímedes, ese matemático griego que mientras flotaba inocentemente en la bañera de repente comprendió las leyes de la densidad de los cuerpos, saltó y gritó: "Eureka" - "¡Lo encontré!", así seremos todos. Esto sucederá muy rápidamente a cada uno de nosotros. Un entendimiento repentino que lo cambiará todo. Una luz de la mente que irrumpirá los límites de la conciencia oscura dormida, la despertará y la iluminará con el mayor descubrimiento de todos.
Todos hallaremos por fin a Di-s, que durante tantos años estuvo oculto a nuestros ojos, aunque siempre estuvo aquí, en todas partes y en todo momento, esperando que todos abrieran los ojos y gritaran: ¡Lo encontré! Todos nos conectaremos con el Mashíaj, que ya está en el mundo y solo está esperando que lo descubramos y señalemos su presencia.
El descubrimiento maravilloso del Mashíaj, tal como nos revela el Rebe de Lubavitch ER"M es que no solo que el Mashíaj ya está con nosotros sino también está revelado, es acelerado por cada buena acción y cada Mitzvá que hacemos. En especial, la disposición a aceptar su reino sobre nosotros invocando y proclamando: ¡Ieji HaMelej! ¡Que viva el rey!
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