Es por demás interesante, el fenómeno sucede, probablemente, justo después de que la fuerza de la gravedad predomina y cause que la estrella implosione en su propio interior. El colapso libera una tremenda cantidad de energía provocando una explosión, y la estrella arroja sus capas exteriores a la inmensidad de la existencia. Cuando esto sucede, la enorme radiación se propaga rápidamente y parece engullir a las estrellas cercanas, cuya luminosidad es insignificante en relación con la nueva luminosidad, y supuestamente "desaparecen". Los eventos de supernova son espectaculares y se fotografían de vez en cuando con telescopios sofisticados. A veces son tan enérgicos que se pueden ver desde el planeta Tierra incluso a simple vista.
Tal evento se observó hace aproximadamente cuatro mil años y fue registrado por los astrólogos en ese momento. Una brillante estrella gigante apareció de repente en el cielo y se tragó siete estrellas que estaban en su órbita. Los astrólogos de Nimrod, rey de Babilonia, le dijeron que estos hallazgos presagian el nacimiento de un bebé en algún lugar, que cuando crezca se "tragará" siete reinos, y en primer lugar, el suyo propio.
Nimrod ordenó buscar al bebé en cuestión, con el objetivo de liquidarlo. Pronto, sus soldados se presentaron en la casa de Teraj y exigieron el bebé que nació allí ese mismo día: Abraham Avinu. Teraj entregó otro bebé nacido ese día, escondió a Abraham en una cueva y el resto de la historia es sabida.
Pero hay algo más. El proceso de "tragarse" a las naciones y apoderarse del mundo que comenzó entonces, culminará con la llegada del Mashíaj, quien será el rey eterno del mundo. "Y de él será la congregación de naciones" (Bereshit 49:10), asegura la Torá. Es decir, todas las naciones se inclinarán ante él y obedecerán su mandato. El "estado mundial" que el Mashíaj establecerá, será una visión del fin de los tiempos y nadie se le opondrá.
Y los gentiles también lo saben. Uno de los únicos gentiles expuestos a la verdadera profecía es Bilam. Su profecía aparece en la Parshá Balak y trata sobre el Mashíaj. “Una estrella vendrá de Iaakov”, profetiza Bilam hace más de tres mil años y describe en detalle la secuencia de eventos que caracterizarán la llegada del Mashíaj. En la primera etapa, la revelación será similar al paso de una estrella, que eclipsará todo lo que estaba en su territorio hasta ese momento. A continuación, "tendrá dominio de mar a mar" (Zejaria 9:10): Gobernará el mundo entero y "tragará" a todos los demás imperios, que serán absorbidos por él voluntariamente.
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