Este tipo de pronóstico nos resulta familiar de otros lugares, y aún más sorprendente. Nuestras fuentes sagradas describen una violación de datos en una escala sin precedentes. Todo será irrumpido y revelado. Todos los secretos, incluso los más guardados, los de una dimensión general, los de una dimensión pública y hasta los más personales, serán descubiertos. Detalles confidenciales que se mantuvieron en el subconsciente y se ocultaron incluso a sus dueños: Todo fluirá hacia afuera y no habrá un desastre. Será una gran liberación y traerá un inmenso alivio. Este será en la práctica, uno de los significados de la Redención verdadera y completa y como fue dicho en los profetas: "Y la tierra se llenará del conocimiento de Di-s, como las aguas cubren el mar".
La visión profética de irrupción de las barreras, sin importar cuán seguras, herméticas y secretas puedan ser, incluidas los obstáculos y los bloqueos mentales y emocionales, es tan fundamental para el momento de la Redención, que el desarrollador de la Redención, el Mashíaj, es llamado el nombre de "Poretz", el irrumpiente. "El irrumpiente pasó a la vanguardia", o "Ish ben Partzí", el hombre descendiente de Peretz hijo de Iehuda, como es denominado el Mashíaj en la plegaria de Leja Dodi.
El proceso de "ascenso del irrumpiente" se describe como paralelo al proceso del parto. Un estado de malestar creciente, dolores moderados que aumentan hacia un nivel insoportable hasta que sucede el parto. Asimismo, las dificultades del exilio se van intensificando, hasta el gran momento de la "irrupción" y la revelación del Mashíaj, que acabará con el sufrimiento de una vez. El bebé que estaba escondido se revela de repente y en un instante el terrible dolor es reemplazado por una alegría y una felicidad sin fin.
Actualmente nos hallamos en medio del proceso de nacimiento. Mucho antes de los pronósticos del Dr. Stern, el Rebe de Lubavitch ER"M manifestó que todo ya comenzó a revelarse y, a partir de este momento, no habrá nada secreto. Tampoco habrá razón para ocultar nada. Di-s, Bendito Sea se revelará a nosotros y por ende, sucederá lo mejor que pueda existir. Mientras tanto, nos incumbe a nosotros mismos ser socios en el proceso, aunque solo sea en algo mínimo. Aumentar el cumplimiento de las Mitzvot y las buenas acciones en los últimos y más preciados instantes, en los que se otorga una última oportunidad para saltar al carro que conduce a la Redención completa.
