1. Estamos en medio de la festividad de Pesaj, “el tiempo de nuestra libertad”, es decir, un momento en el que cada judío experimenta la libertad. El éxodo de Egipto (a través del cual se concedió la libertad a los judíos) no es sólo un hecho histórico, algo que les sucedió a nuestros antepasados, sino un éxodo y una experiencia de libertad que todo judío vive realmente.
Por lo tanto, la Hagadá nos dice: “En todas y cada una de las generaciones (y más particularmente, todos los días), la persona está obligada a verse a sí misma como si hubiera salido de Egipto”. Él mismo, junto con sus padres, abuelos, hijos y nietos, sale de Egipto en esta misma noche. Además, el revivir el éxodo no se limita sólo al habla, sino que se expresa en los hechos, en beber las cuatro copas de vino y comer Matzá.
Por lo tanto, la festividad de Pesaj es “el tiempo de nuestra libertad” para todos y cada uno de los judíos de todas y cada una de las generaciones. En particular, esto es relevante para los niños porque viven libres de preocupaciones económicas porque sus padres les proporcionan todas sus necesidades.
Sin embargo, en un sentido más amplio, esta libertad es relevante para todo el pueblo judío, ya que todos somos hijos de Di-s. Él nos provee de todas nuestras necesidades, concediéndonos todo lo que requerimos. En particular, esto es evidente en este momento, “el tiempo de nuestra Libertad”.
Este concepto se realza cuando comemos Matzá, “el alimento de la fe”. Todos los judíos somos “creyentes, hijos de creyentes”. Sin embargo, incorporar Matzá amplifica nuestro poder de fe; creemos que Di-s realiza milagros para nosotros en todo momento, incluso en la generación actual. Aunque nuestros enemigos “se levantan contra nosotros para destruirnos, Di-s nos salva de sus manos”.
No hay necesidad de repetir estos conceptos; de hecho, es indeseable hacerlo a menos de que sea, como lo es en la Hagadá, parte de un orden establecido de la plegaria, porque la existencia de aquellos que quieren destruirnos será negada desde el principio. En cambio, se reforzarán y fortalecerán aquellas naciones que ayuden a los judíos y, en particular, aquellas que apoyen el avance del judaísmo.
El concepto de que todo el pueblo judío, y en particular los niños judíos, son personas libres se enfatiza particularmente en una festividad, cuando se nos prohíbe trabajar con la intención de ganarnos la vida y por lo tanto, nuestras necesidades son cubiertas a partir de lo que se preparó previamente. Hay un énfasis especial en esto durante Pesaj, cuando hay muchos más gastos que en otras festividades. Los judíos, sin embargo, no tienen que preocuparse por hacer frente a estos gastos. Desde “Su mano plena, abierta, Santa y generosa”, Di-s les concede comida, vestimenta y todas sus otras necesidades de una manera apropiada para la fiesta de la libertad.
(Ustedes mismos han experimentado esto. Seguramente, muchos de los niños aquí presentes recibieron ropa nueva para Pesaj. Y a cada uno de ustedes se les concedió qué comer y beber, comenzando desde las cuatro copas de vino en el Seder).
En relación a lo anterior, hay un hincapié especial en relación con los hijos, pues es natural dar a los hijos con generosidad, sin esperar a que ellos pidan. Además, incluso después de que a un niño se le han dado sus necesidades, es natural mirar y ver si necesita más. Y también, lo que se le da a un niño se le da con alegría, con buen sentimiento.
La alegría está particularmente relacionada con las festividades y es en las festividades, desde donde los judíos obtienen la alegría para todo el año entrante. En particular, este concepto se enfatiza en Pesaj, “la primera de las festividades”, donde se otorga influencia al pueblo judío de una manera beneficiosa a las personas libres.
La libertad concedida al pueblo judío pretende ser uno de los pasos preparatorios para la entrega de la Torá, como está escrito: “Cuando saques al pueblo de Egipto, servirás a Di-s en esta montaña”. Esta es una lección para cada persona y particularmente para los niños, para darse cuenta de que la libertad que se les otorga tiene como objetivo prepararlos para recibir la Torá, para permitirles estudiar en un estado de ánimo tranquilo y receptivo. Esto permite que la Torá deje una impresión más profunda en ellos y que se grabe en sus procesos de pensamiento como se grabaron las letras de los Diez Mandamientos en las Tablas.
Cuando un niño recibe la Torá de esta manera, deja una fuerte impresión en sus padres y esto los motiva a llevar todos los conceptos incluidos en los Diez Mandamientos, es decir, toda la Torá, a ser grabados en el corazón del niño. Esto a su vez hará que estos asuntos se graben más profundamente en los corazones de los padres, los abuelos y los maestros del niño.
La impresión de Pesaj permanece durante todo el año, como se refleja en nuestra mención del éxodo de Egipto dos veces al día. Esto mantiene a un niño, y a un adulto, constantemente conscientes de que Di-s los redimió de Egipto y les otorgó la libertad. Y que Él hizo esto con el propósito de que uno debe “servir a Di-s en esta montaña”, y apreciar su identidad como servidor de Di-s.
El cumplimiento de la intención por la cual Di-s nos otorga nuestra libertad y nos concede nuestras necesidades, es decir, la aceptación de nuestro papel como servidores de Di-s, amplifica el alcance de las bendiciones que Él nos concede. Incluso un rey terrenal da a sus siervos todo lo que necesitan, e incluso cosas que no necesitan, de manera generosa. Con seguridad que esto se aplica con respecto al Rey de Reyes de Reyes, El Santo, Bendito Sea Él.
Que Él nos conceda la libertad y la alegría definitiva, la Redención. Y saldremos del exilio a Eretz Israel, a Jerusalem y al Beit HaMikdash con “alegría eterna”. Y esta alegría continuará aumentando y brillando.
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2. Cada uno de los días de Pesaj nos brinda una lección única. La importancia de la lección del día de hoy se refleja en el hecho de que 18 es numéricamente equivalente a la palabra Jai (Vida). Así Jai Nisan revela “la vida de Nisan”. Ya que Nisan es “el mes de la Redención”, Jai Nisan está asociado con la fuerza vital de esta Redención.
Jai Nisan también se relaciona con la vitalidad especial que energiza y carga el estudio de la Torá de cada judío y el cumplimiento de sus Mitzvot, y en particular, las mitzvot que están conectadas con “el tiempo de nuestra Libertad”.
Además, hoy es martes (el tercer día de la semana), un día asociado con la duplicación del versículo “Y Di-s vio que era bueno”. De manera similar, está conectado con la Parshá Shemini (octavo que también alude a una multiplicación del bien). Además, hay otra dimensión especial del presente día, relacionada con el nombre Levi Itzjak. [Jai Nisan es el cumpleaños del padre del Rebe, Rabí Levi Itzjak].
El nombre Levi está relacionado con la tribu de Levi de quien se dice: “Se unirán a vosotros y los servirán”, es decir, los Leviím se unen a los Cohanim y los ayudan en su servicio en el Beit HaMikdash. Esta es la función de un Levi, ayudar a un judío en su servicio sagrado.
Esto se relaciona con la misión de cada judío y en particular, de todo niño judío: Debe saber que cuando ve a otro judío que quiere estudiar la Torá o cumplir las Mitzvot, debe unirse a él y ayudarlo.
Itzjak está conectado con la alegría. Porque el servicio a Di-s (Levi) debe estar impregnado de alegría. Esta alegría no debe venir solo porque Di-s nos ordenó regocijarnos en el cumplimiento de las Mitzvot. Sino que debe venir como un derivado natural de la comprensión de que hemos sido elegidos y se nos ha dado el mérito de estudiar la Torá y cumplir las Mitzvot.
Esta alegría debe ser tan grande que “Quien la oye se regocijará conmigo”; es decir, quien escuche las melodías alegres con las que un judío lee la Hagadá y de igual manera, vea las demás Mitzvot que cumple, se unirá a su alegría.
La expresión “Quien la oye” también puede estudiarse como una referencia incluso a una persona que oye accidentalmente, es decir, no sólo a una persona que está en la misma casa donde se realiza el Seder, sino también a alguien que pasa por la calle. Por ejemplo, aquí en Nueva York, hay personas no judías que no tienen Seder de Pesaj y no comen Matzá, que caminan por las calles de la ciudad. Cuando estas personas escuchen la alegría con la que los judíos relatan la historia sobre como se les concedió la libertad, también se regocijarán. Esto refleja el poder que la alegría de un judío puede tener en el mundo en general.
Al incrementar nuestro cumplimiento de las Mitzvot y el estudio de la Torá, en particular de las leyes de Pesaj, acercaremos la Redención. Esto es particularmente cierto con respecto a los niños judíos, cuyo estudio no está contaminado por el pecado.
Que todo lo anterior acelere la conclusión del exilio. Y que con un cántico nuevo, procedamos a la Redención final incluso antes de recitar la plegaria de la tarde. Esto será realzado al hacer de cada uno de ustedes un emisario para distribuir Tzedaká, porque "la Tzedaká acerca la Redención". Y habrá una revelación de la Presencia Divina de forma eterna y mereceremos de inmediato, enseguida la resurrección de los muertos y "Moisés y Aarón con ellos" y "a la cabeza de todos" y cada uno de nosotros irá junto a Moisés y Aarón vivos, con las almas en sus cuerpos (no como es ahora) y avanzaremos “con nuestros jóvenes y con nuestros ancianos ... con nuestros hijos y con nuestras hijas” sobre las nubes del cielo hacia Eretz Israel, a Jerusalem y al "Santuario de Di-s establecido por Tus manos". Que esto sea en un futuro inmediato y que sea con una alegría y regocijo que no tengan interrupción.
(El Rebe - Sefer HaSijot 5751 (Hitvaduiot)/18 de Nisan 5751)