Lo que se dijo anteriormente en relación a la Redención, recibe un énfasis adicional cuando nos hallamos en el mes de Nisan de este año “Será un año en el que Les mostraré maravillas”. Y como se habló (también en las cartas generales) con respecto a los milagros y a las maravillas que ocurrieron este año (cerca de la festividad de Purim), sobre que fue anulado un enemigo de los hijos de Israel. La victoria llegó hasta tal punto, que el enemigo liberó, de buena manera, una parte de los prisioneros de guerra, etc., como se habló en detalle, previamente. Y con certeza, que El Santo, Bendito Sea Él, continuará mostrando milagros y maravillas, hasta -la fundamental-, “Les mostraré maravillas”, con la Redención verdadera y completa.
Porque estas guerras en esa parte del mundo (“el rey persa” con “el rey árabe) son una de las señales que de inmediato viene la Redención por medio de nuestro justo Mashíaj, como se indica en el Ialkut Shimoni (Ieshaiahu Remez 499) y dice allí: “Hijos míos no teman… llegó el tiempo de vuestra Redención” y “el rey Mashíaj se para sobre el techo del Beit HaMikdash y le proclama a Israel y les dice, ¡Humildes, llegó el tiempo de vuestra Redención”!
(De las charlas de Shabat Parshat Tzav, Shabat HaGadol, 8 de Nisan, 5751)
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