Viene Mashíaj - La única web en español sobre la llegada del Mashiaj. El objetivo de la vida, hacer de este mundo una morada para Di-s. La llegada del Mashiaj es uno de los 13 principios de fe del pueblo judío. El Rebe de Lubavitch ha anunciado lo inminente de este fenómeno y está en nuestras manos lograrlo. ¿Como? Estudiando sobre el Mashiaj y la Gueulá. Creada y editada por Centro Leoded - Jabad Argentina
יחי אדוננו מורנו ורבינו מלך המשיח לעולם ועד
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Revelando a la Gueulá en la parshá Vaetjanan - ¡No hay nada fuera de Él!

Basado en el Alter Rebe en su libro Tania, Shaar HaIjud veHaEmuná capítulos 1 al 6, en el Tzemaj Tzedek en su libro Derej Mitzvoteja Mitzvat Ajdut Hashem y en el Rebe de Lubavitch en su obra Likutei Sijot Tomo 29, Vaetjanan Alef

La parshá Vaetjanan se lee siempre en el Shabat Najamu luego de Tishá BeAv. La parshá empieza con las súplicas y plegarias de Moshe a Di-s para que le posibilite ingresar a la tierra de Israel y continúa con un estímulo y fortalecimiento en el cuidado de las mitzvot y el apegamiento al Creador. Moshe le menciona a al pueblo de Israel, la elección del Santo Bendito Sea Él a ellos y los alienta a recordar y no olvidar la salida de Egipto y el
evento de la entrega de la Torá. Moshe, nuestro maestro, reitera los diez mandamientos que se escucharon en el monte de Sinai y describe con vivos matices a la tremenda revelación Divina y a la poderosa marca que el hecho dejó en el pueblo. Tras la descripción de la entrega de la Torá, aparece la primera sección de la lectura del Shema, los versículos más famosos en la Torá: "Shema Israel, Di-s es nuestro Di-s, Di-s es uno", el mandamiento sobre el amor a Di-s, y las mitzvot de Tefilin y Mezuzá.
Uno de los temas centrales en nuestra parshá es la orden sobre la "Unicidad de Di-s", a tal punto, que todas las fuentes principales de este tema, se encuentran escritas en esta parshá. El conocido versículo: "Y sabrás hoy y llevarás a tu corazón, que Di-s es Elokim en los cielos arriba y en la tierra abajo, no hay otro" (Devarim 4:39). Y un segundo versículo conocido aún más es el primero de la lectura del Shema que determina: "Di-s es nuestro Di-s, Di-s es uno".
En un primer enfoque, superficial y exterior, la Torá nos ordena que debemos creer que hay solo un Di-s rector. En oposición a la fe extendida en las naciones antiguas, sobre que hay miles de dioses e ídolos, ¡la Torá sentencia, que Di-s...solo hay uno!
Sin embargo, la idea idolátrica y la locura de perseguir y servir al sol, la luna, las estrellas (¿y qué no...) se escucha tan absurda y ridícula, que toda persona normal se sorprende y pregunta: "¿Por qué la Torá debe advertirnos esto y ordenar una y otra vez, una cosa tan simple?".
El Alter Rebe en su libro Tania redacta esta misma pregunta con cierta ironía reconocible: "¿Acaso, se te puede ocurrir que hay un Di-s que posa en el agua, abajo en la tierra, que es necesario advertir tanto, "y llevarás a tu corazón"?
Esta pregunta punzante, sobre la que los sabios especialistas de la Torá escrita se dedicaron desde siempre a resolver, nos obliga a afirmar, que hay una explicación mucho más profunda en las palabras "No hay nada fuera de Él" y "Di-s es nuestro Di-s, Di-s es uno". Una profundización pequeña en las fuentes nos enseñará que la explicación correcta sobre las palabras: "No hay nada fuera de Él" no es solo que no hay otra Deidad/Creador además de Di-s, sino, que no hay otra fuerza dominante fuera de Él. En contraste, las naciones del mundo creen que ciertamente Di-s creó al mundo, pero sostienen que no es un socio activo en todo los acontecimientos que suceden "bajo el sol". De acuerdo a sus palabras, Él dispuso su preocupación actual sobre el mundo y sus criaturas, en manos de fuerzas espirituales ajenas, tal como los poderes de la naturaleza o en otro orden de cosas, los astros y los ángeles. Ellos son "los representantes de Di-s", cuya función es "ayudar" al Santo Bendito Sea Él en el funcionamiento del mundo y de sus criaturas.
La Torá viene a enseñarnos un mensaje importante, muy profundo: ¡El Santo Bendito Sea Él no tiene ayudantes! ¡Ni estrellas, ni astros, ni ángeles, ni sefirot e incluso...ni personas!
No hay ninguna existencia en el mundo que pueda alterar la "Hashgajá Pratit", el control particular que Di-s fijó para cada criatura. Un médico experto y un abogado sobresaliente pueden ser emisarios de Di-s para ayudar a una persona u otra en una situación difícil, pero ¡ellos nunca pueden cambiar su destino! El contacto y la llegada al vice-primer ministro israelí o a un secretario del gobierno de los Estados Unidos no beneficia en absoluto a la persona, si El Santo Bendito Sea Él decidió otra cosa. Todo el mundo, con sus componentes y poderes, es solo "como el hacha en manos del leñador", que no es otro sino El Santo Bendito Sea Él mismo.
La Torá del Jasidismo, como siempre, revela un área mucho más profunda. A la luz de las palabras de Rabí Israel Baal Shem Tov y de acuerdo a las enseñanzas de los Rebes de Jabad en cada generación, la explicación de las palabras: "No hay nada fuera de Él", es que no hay ninguna existencia fuera de Di-s. 
No solo que no tenemos dominio y gobierno sobre lo que pasa en nuestro interior y exterior, sino que ¡no tenemos existencia personal e independiente en absoluto! En la práctica, sin la intromisión de la fuerza Divina que nos crea a cada instante, nosotros, en verdad, no existimos. Tenemos prohibido observar al mundo como una realidad existente, solo El Santo Bendito Sea Él sustenta esto, a cada instante, tal como el ejemplo del alma que da vida al cuerpo. La verdad es, que "no hay", no hay mundo, por fuera de Su existencia Bendita Sea.
Se comprende por sí solo, cuán duro es para una personal normal "digerir" una fe como esta, cuánto debe esforzarse para compenetrarse en si mismo la conciencia de "Yo no existo", por ello, la Torá nos ordena: "Y llevarás a tu corazón", inculca, internaliza, reflexiona y debes enfocarte en la verdad Divina de que solo hay una realidad existente, Di-s. 
El plan Divino en la Creación es que esta verdad gobierne en todo el mundo de forma revelada a los ojos de toda carne en la Era Mesiánica. Por medio de la tarea ardua durante todo el tiempo del exilio de experimentar introducir la verdad Divina en nuestra mente y en nuestro corazón, tal como nos asegura el profeta que al final de todo: "No se ocultará más tu maestro y tus ojos verán a tu maestro" (Ieshaiahu 30:20) y "Se revelará el honor de Di-s y verá toda carne unida que la boca de Di-s habló" (Ídem 40:5) con la llegada del Mashíaj. En ese momento no necesitaremos trabajar más para inculcarnos la fe, pues la revelación Divina que dominará entonces, llevará a cada uno de nosotros a la conciencia evidente y completa que "sabrá todo ser viviente que Tu lo estás activando y entenderá toda criatura que Tu lo estás creando".
A la luz de lo mencionado, la parshá Vaetjanan representa el plan de acción para traer la Redención. Tenemos la responsabilidad de "trabajar la fe", introducir en nosotros y nuestro entorno el reconocimiento intelectual de que "No hay nada". Justamente ahora, en los últimos días previos a la revelación Divina de la Era Mesiánica, debemos estudiar en profundidad el interior de la Torá que es la Torá del Jasidismo y meditar en los Maamarim (discursos) jasídicos que explican con buen fundamento y contenido, como...¡No hay mundo!
Culminamos con una historia del gran Mashpía (mentor jasídico) Reb Mendl Futerfas z"l:
Una vez, el acaudalado jasid Reb Mendl Gurarie viajaba en tren a su casa en Kremenchug, el trayecto era muy largo y él decidió atravesar los vagones para ver si hallaría alguna "cara judía".
De pronto, sus ojos cazaron una figura agachada en un rincón bajo una manta, pero se podía inferir con claridad que quien estaba allí no era simplemente alguien que dormía...
Sin pensarlo dos veces, Reb Mendl se acercó, levantó de una sola vez la manta que cubría a esta persona y extendió su mano con un cálido "Shalom Alejem". Él reveló que bajo la manta estaba acostado un famoso jasid, Reb Guershon Ber de Pahar, alumno de Rabí Hilel de Paritch, que solía sumergirse muchas horas en la meditación profunda sobre la Unicidad de Di-s.
Reb Guershon Beer se dirigió a él: "Querido joven, quién eres tu? Mi nombre es Mendl Gurarie. ¿Hacia adonde viajas? A mi casa a Kremenchug.
Entonces Reb Guershon Ber le dijo como producto de su profunda meditación, la frase que iba a quedar grabada en la memoria de Reb Mendl para siempre: "Debes inculcar e internalizar en tu esposa y en tus hijos que "Solo es Él y no hay nada más que Él".

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