Esta semana se lee en la Torá, la parshá Jukat, una parshá que por un momento, salta del tema de los treinta y nueve años ambulantes de los hijos de Israel en el desierto de las naciones. La parshá comienza, como es sabido, con la mitzvá de la vaca roja, su quemado, la recolección de sus cenizas y el resto de las leyes relacionadas con su ejecución.
A pesar de que la primera vaca roja se hizo a través de Elazar HaCohen, el día 2 de Nisan del segundo año de la salida de los hijos de Israel de Egipto, sin embargo, la Torá saltea hasta el año cuarenta y
nos relata un número no menor de sucesos tristes, el fallecimiento de la profetiza Miriam, la desaparición del famoso pozo que abastecía agua a los hijos de Israel (lo que llevó al pecado de "Mei Merivá", el fallecimiento de Aharon HaCohen y el decreto sobre Moshe Rabenu de permanecer en el desierto, evidentemente un parshá dura...
nos relata un número no menor de sucesos tristes, el fallecimiento de la profetiza Miriam, la desaparición del famoso pozo que abastecía agua a los hijos de Israel (lo que llevó al pecado de "Mei Merivá", el fallecimiento de Aharon HaCohen y el decreto sobre Moshe Rabenu de permanecer en el desierto, evidentemente un parshá dura...
Pero, "el último es el más querido", la parshá culmina con el cántico del pozo (por los milagros en la salvación de manos de los moabitas) y la victoria increíble sobre Sijón y Og, reyes emoritas, que le conceden a la parshá un final "dulce".
Sabemos que las mitzvot de la Torá se dividen en tres clases: Mishpatim (leyes, mitzvot lógicas), Edot (testimoniales, mitzvot que se pueden explicar, a pesar de que el intelecto no lo requirió) y Jukim (decretos, mitzvot supra-racionales). Son muchos los Jukim de la Torá: La prohibición de comer carne de cerdo, cocinar carne y leche, vestir Shatnez (una prenda con lana y lino). Estas son solo un pequeña parte de la lista extensa de Jukim. Pero hay algo especial en la mitzvá del quemado de la vaca roja, que por su singularidad, solamente ésta es llamada "Jukat HaTorá" (el decreto de la Torá).
En apariencia, la mitzvá del quemado de la vaca roja, tendría que haber sido llamada en la Torá con el nombre de "Jukat HaPará" (el decreto de la vaca) o "Jukat HaTahará" (el decreto de la purificación). ¿Por qué razón está mitzvá recibió la denominación de "Jukat HaTorá" (decreto de la Torá)? ¿Acaso no hoy otros decretos en la Torá?
Más aún, el Midrash (Bamidbar Rabá 19:3) cuenta que el rey Shlomo, "el más sabio entre los hombres", dijo sobre él mismo, que investigó y entendió la lógica y el motivo en todas las mitzvot de la Torá, a excepción de...la vaca roja, sobre la cual está dicho: "Dije, me volveré sabio, pero esto está lejos de mí" (Kohelet 7:23).
¿Cuál es la dificultad tan grande en la comprensión de esta mitzvá? ¿Por qué es menos entendible que la prohibición de hibridación de frutos o las cruzas de animales?
La Torá del Jasidismo explica que hay dos estratos en el mundo supra-racional, dos formas en la carencia de la capacidad humana de entender. Hay cosas que están por encima del intelecto y hay cosas que están contra el intelecto. La mayoría de los Jukim (decretos) de la Torá están más allá de nuestro intelecto, pues el intelecto humano, en general, es limitado y no prospera en alcanzar y captar el intelecto y la lógica Divina superior.
Esto significa que no es que estas mitzvot no tengan lógica, sino que la lógica en ellas es sublime, elevada y sagrada, y nosotros, simplemente, no estamos a una altura mental o intelectual suficiente para entenderlas, estamos todos igualados en pequeñez ante este nivel.
La mitzvá de la vaca roja revela un estrato completamente distinto en el mundo supra-racional. ¡Esta es una mitzvá que contradice a todos los marcos de lógica! Tiene paradojas dispares, por un lado, la vaca roja purifica de la impureza más grave, la impureza del muerto. ¡Y al mismo tiempo que impurifica a "todos los que se ocupan de ella"!. La vaca es llamada y caracterizada como un "Korbán" (ofrenda), ¡mientras que al mismo tiempo se realiza fuera del atrio sagrado, fuera del Beit HaMikdash y fuera de Jerusalem!
¿Qué ocurre aquí? ¿La vaca, purifica o impurifica? ¿Está afuera o adentro del Gran Templo? No es que seamos tontos o no seamos suficientemente inteligentes. El rey Shlomo que era "el más sabio de los hombres", ¡tampoco lo entendió! ¡Pues...no hay lo que entender, pues no cabe entender!
Está no es una mitzvá definida por la razón, lo opuesto es lo correcto, ésta es una mitzvá que atraviesa, rompe y se opone a todos límites del intelecto.
La mitzvá de la vaca roja está muy relacionada con la Redención verdadera y completa. Conocemos las palabras de Maimónides (Mishné Torá, leyes de la vaca roja, capítulo 3 al final) sobre que la décima vaca roja de la historia "la hará el rey Mashíaj, pronto se revele, amén, así sea la voluntad".
¿Por qué es relevante para Maimónides, señalar que la décima vaca roja la hará el rey Mashíaj? ¿Qué tiene de diferente esta mitzvá del resto de las mitzvot de la Torá que se cumplirán todas a la perfección en el tiempo de la Redención? ¿Acaso está escrito que el rey Mashíaj calculará los años de Shemitá (el año séptimo que descansa la tierra) o consagrará el Iovel (el año de jubileo)? ¡Esto es algo simple y no hay necesidad de mencionarlo!
En el mundo de la Torá, el número "diez" simboliza el número completo (Ibn Ezra Shemot 3:15), la perfección del cumplimiento de la mitzvá de la vaca roja será, evidentemente, solo en el futuro inmediato de la era del Mashíaj. El motivo es simple, aunque las nueve vacas rojas que se hicieron desde el tiempo de Moshe Rabenu hasta hoy, cumplieron su función y purificaron a decenas de miles de judíos de la impureza de un muerto, sin embargo, estas nueve vacas rojas tienen una deficiencia...
Estas nueve vacas rojas solo trataron las consecuencias de la muerte, la impureza, pero no su causante. La muerte aún existe en el mundo. En contraste, con la Redención definitiva, habrá una purificación perfecta de la impureza del muerto, pues el mismo tema de la muerte, que es la causa de la impureza, será erradicado del mundo, tal como está escrito: "Y será aniquilada la muerte para siempre" (Ieshaiahu 25:8) y todos los fallecidos se levantarán para la resurrección eterna, como está escrito: "se levantarán y cantarán los que moran en el polvo" (Ieshaiahu 26:19), por lo tanto, se anulará por completo toda existencia impura en la tierra, "y el espíritu de impureza erradicaré de la tierra" (Zejaria 13:2).
Es factible, que a muchos de nosotros se nos dificulte aceptar y entender esto, algo que se observa como irracional e imposible, algo que contradice al intelecto humano. Tenemos todo tipo de contradicciones e interpretaciones sobre los temas del Mashíaj y la Redención, "¿cómo esto es factible y como esto podrá ser?". "Esto es contradictorio a esto y esto entra en conflicto con lo otro, etc.".
Pero, a no preocuparse, ya estudiamos más arriba, que la "solución" a las cosas que se oponen a los marcos del intelecto humano están arraigadas en...la mitzvá de la vaca roja.
Entonces, aprendamos una enseñanza práctica, aquí y ahora, de la vaca roja. Incluso que tengamos contradicciones, interpretaciones, pruebas y afirmaciones sobre que la Redención no podría venir ahora (Di-s libre), debemos dejar nuestro intelecto de lado y aceptar la verdad absoluta de que "He aquí que éste, el Mashíaj, viene".
Culminamos con una parte de una extensa historia que nos alecciona sobre cuanto debemos creer en las palabra de un tzadik (justo).
El Alter Rebe le contó a su nieto, el "Tzemaj Tzedek", que una vez viajaba hacia Mezritch en unos días congelados de invierno: "Cuando llegamos a un hotel, el carrero me bajó con sus manos de la carreta pues se habían congelado mis piernas y me ingresó al hotel. El dueño del hotel era un judío anciano, temeroso de Di-s, que frotó mis piernas con nieve y aguardiente hasta que volví a sentirlas. Le pregunté al anciano: ¡Hace cuántos años que vives aquí?
"Más de cincuenta años" me respondió.
¿Y tienen aquí el número mínimo de judíos para rezar en comunidad?
"No, yo viajo a la ciudad cercana en los días festivos para poder rezar en comunidad".
¿Acaso es bonito, que un judío como tú rece todos los días solo sin comunidad? ¿Por qué no te mudas a la ciudad?
"Y de dónde obtendré mi sustento?, me preguntó el anciano.
Si El Santo, Bendito Sea Él, puede sustentar a todos los judíos de la ciudad, por qué no podrá sustentarte a ti? Debes saber que yo soy alumno del gran Maguid de Mezritch.
Cuando el anciano escuchó esto, desapareció del horizonte...
Pasó media hora y observé que la puerta del hotel se había llenado de carretas llenas de objetos, muebles y utensilios.
¿Qué es esto?, le pregunté al anciano.
Usted me ordenó vivir en la ciudad, ¡nosotros nos mudamos ahora!
Si un anciano, un judío simple que no tuvo el mérito de saborear la luz del Jasidismo y solamente escuchó una propuesta de un alumno del líder de la generación hizo esto, ¡nosotros que escuchamos, vimos y recibimos la orden de la boca del Rebe, líder de la generación, con mucha más razón todavía!
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