Y no solo, cuarenta años errantes, sino exilio tras exilio, hasta nuestros días. Sobre esto encontramos las palabras del "Malbim", Rabí Meir Leibush ben Iejiel Mijal Wisser, (Torá Or, Shelaj, capítulo 14):
"Si no hubiera Israel cometido el pecado de los espías, Moshe Rabenu habría ingresado a la tierra y construía el Beit HaMikdash, y hubiera sido, entonces, una Redención completa y un rectificación global, donde el Mikdash no se hubiera destruido nunca y no habrían más exilios. Pero luego del pecado de los espías, se decretó sobre Moshe Rabenu ser sepultado fuera de la tierra de Israel, en el desierto. Y esto, con la condición, de traer a sus contemporáneos, la generación de los espías, a la vida del Mundo Venidero junto a él". Y este hecho, cambió el transcurso de la historia para siempre.
En la Guemará (Tratado de Sotá 9A) nos enseña que "desde que se construyó el primer Beit HaMikdash, el Mishkán fue ocultado, con sus vigas, cierres, varas, pilares y zócalos". Sobre la pregunta sobre por qué estamos obligados a decir que el Mishkán existe eternamente, contesta la Guemará que el Mishkán es obra de Moshe y por lo tanto es eterno, pues todas las obras de Moshe son eternas. Así tuvo que haber sido y pudo haber sido también en relación al Beit HaMikdash, si se hubiera construido a través de Moshe Rabenu.
Y entonces, no solo no hubieran existido los cuarenta años errantes, sino los casi dos mil años de exilio que fueron decretados sobre nuestro pueblo como consecuencia de aquel pecado, evidentemente un pecado amargo. Pero, en cada lugar de la Torá que hallamos la raíz del sufrimiento, el dolor y el exilio amargo, estamos obligados también, a buscar y hallar una solución y un remedio, ¡la raíz de la Redención verdadera y completa!
¿Qué podemos estudiar de la historia sobre el error de los espías, para traer, de una vez por todas para siempre, a la Redención verdadera y completa?
En la Torá del Jasidismo aparecen amplias explicaciones sobre la esencia del pecado de los espías y qué era lo que les molestaba a ellos en la tierra de Israel. Cuando estudiamos en profundidad el pasado y obtenemos las lecciones correctas, entonces, encontraremos la solución a los problemas del presente, y junto a esto, la llave para la ansiada Redención.
El Jasidismo explica que la causa verdadera por la cual, los espías no querían ingresar a la tierra de Israel sino permanecer en el desierto, es porque querían rebajarse a sí mismos y dedicarse al aspecto material del mundo. La vida en el desierto era espiritual y así los espías querían seguir viviendo sus vidas, en el "mundo del pensamiento" en lugar de ocuparse del "mundo de la acción". Los espías temían más que nada de esto, que en la tierra de Israel iban a necesitar arar y sembrar, buscar trabajo, "cubrir la cuenta del banco" y enfrentar las consecuencias del "corona" en el mundo. Pero, ésta era la voluntad de Di-s, por esto creó el mundo con todos sus partes, con la condición de conquistar la tierra, la materialidad terrenal y física, y justamente, por medio de ésta, traer la revelación y manifestación de la Presencia Divina en el mundo.
A la luz de lo mencionado, surge que el principal error de los espías fue la falta de "Bitul" (auto-anulación". La falta de anulación a la voluntad de Di-s y Su profunda intención, la falta de anulación a Moshe Rabenu, el fiel servidor de Di-s, la falta de anulación a todo lo que estaba por encima del nivel de entendimiento de ellos. Ellos eran, no obstante, gigantes espirituales y personas elevadas, líderes de la comunidad, "líderes de Israel son ellos", ellos buscaban ascender en una relación espiritual con El Santo, Bendito Sea Él, permanecer en un "desierto material" que genere un "Gan Edén" espiritual sobre la tierra, ellos buscaban a Di-s, pero...en sus propios términos.
De una forma similar, el Rebe explica la famosa pregunta de los sabios sobre qué fue tan grave en las palabras de los espías, pues ellos fueron enviados a observar al "pueblo que habita sobre ella, y a las ciudades que habitan", y "cuál fue su pecado y cuál su error cuando dijeron: "Pero el pueblo que vive en esa tierra es muy fuerte y las ciudades están fortificadas y son muy grandes" (Bamidbar 13:28), acaso, ¿fueron enviados para dar falso testimonio? (Najmánides 13:2)
Los espías no pecaron en la transmisión de noticias falsas al público, ellos no mintieron ni engañaron a nadie, no fueron llevados a juicio por falso testimonio, el pecado de los espías se expresa en haber agregado "una última línea" en el informe, "no podremos ascender (a la tierra de Israel)".
Esto, no se los había pedido nadie...ésta no era la intención de quien los envió, y la misión no era para esto. Ellos agregaron "esta línea" y con ella blanquearon todo su parecer. Ellos son personas intelectuales que actúan, únicamente, de acuerdo a la lógica justa y sana, que determina que esta cosa es imposible...
Ellos estaban preparados para escuchar y obedecer pero...¡si solo les cuentan lo que ellos quieren escuchar! Algo que concuerde con sus intelectos. Así es imposible conquistar la tierra, así es imposible florecer un desierto, así es imposible traer la Redención.
La base de la raíz de la Redención que se estudia de la sección de los espías, es que nosotros estamos obligados a dedicarnos a la materia y refinarla, y esto, por medio de una auto-anulación absoluta y con la guía clara del líder de la generación, que es la expansión de Moshe en cada generación. Nosotros debemos conquistar la tierra y hacer florecer el desierto espiritual, pero todo canalizado dentro de la misión de Moshe Rabenu. Apoyarse en "mi fuerza y el poder de mi mano", mi propio entendimiento y la forma en la que yo explico los versículos, es la fuente de la desgracia. La falta de capacidad de aceptar y anularse a la intención Divina que supera mi entendimiento, es volver a cometer por segunda vez el pecado de los espías y es la raíz del exilio en el que nos hallamos. Debemos estudiar y entender, prestar atención, internalizar y aceptar las indicaciones del líder de la generación sin desviarnos de éstas, sin cambiar la misión hacia la derecha o hacia la izquierda. Debemos aceptar la verdad y toda la verdad.
Debemos recordar que somos "shlujim" (emisarios) y un shelíaj no tiene existencia propia, sino toda su realidad es cumplir la voluntad del emisor. Cuando actuamos en esta senda, evitamos "el toque personal" de la subjetividad y los problemas entre las personas, pudiendo efectuar y cumplir la misión de "darle la bienvenida a nuestro justo Mashíaj", de una forma tangible, física y espiritual, llegando a "conquistar el mundo" con su llegada.
Culminamos con una historia sobre como solo una unión fiel al líder de la generación puede asegurar no desviarnos del camino recto.
Los jasidim relatan sobre el sagrado Rebe, Rabí Menajem Mendl de Horodok (también llamado de Vitebsk) que en su juventud estudió Torá con el gran Maguid de Mezritch. Y esto fue en el momento del principio del acercamiento del Maguid a su maestro, el Baal Shem Tov.
Una vez, un sagrado Shabat luego del mediodía, se sentó un muchacho a estudiar Guemará en profundidad, muy concentrado y con gran deleite, durante un largo tiempo. Luego de varias horas de estudio, se levantó y comenzó a dar vueltas en la habitación para un lado y otro, con su sombrero desplazándose hacia un costado de su cabeza con displicencia. El Maguid lo llamó y le preguntó: "Mendele, ¿cuántas hojas estudiaste? "Seis hojas" le respondió el muchacho. Dijo, entonces, el Maguid: "Si cuando estudias seis hojas, el sombrero se te corre a un lado, ¿cuántas hojas son necesarias estudiar para que se te caiga el sombrero de tu cabeza por completo? Y aquí Mendele se dio cuenta del mensaje y con gran llanto se acercó a su maestro, el Maguid, para que le indique un camino de retorno a Di-s, pues él observa que se está desviando del camino y su estudio de Torá le está provocando totalmente lo contrario a lo que debiera ser. Le dijo el Maguid: "Si es así, viajemos juntos, tú y yo, a lo de nuestro maestro, el sagrado Baal Shem Tov, y él nos enseñará el camino que sube a "la casa de Di-s".