Sobre el versículo: "Así hará Di-s con Avner y así continuará con él, pues como Di-s le juró a David, así le haré a él" (Shmuel Bet 3:9), Metzudat David explica que "le haré a él" significa: Avner se juró ayudarlo a David con el tema del reino.
Si Di-s juró. ¿David necesita la ayuda de Avner para lograrlo?
En cierto sentido sí, porque la gente necesitaba aceptarlo. David no se convirtió en rey a través de las maravillas Divinas. Solo a través de los esfuerzos de Avner la gente decidió que quería que David fuera su rey. Entonces los ancianos, representando a todos los judíos, dijeron: "He aquí que nosotros somos tus huesos y tu carne" (Shmuel Bet 5:1), expresando cuán unida estaba la gente deseando estar con el rey.
El razonamiento detrás de
esta aparente disparidad incongruente, que las palabras de Di-s y la unción del profeta no causaron el reinado de David, pero la campaña popular de Avner sí, se basa en un principio de nuestros Sabios, "no hay rey sin pueblo"; un rey solo existe en virtud de personas que creen en él como tal. (Pirkei DiRabí Eliezer Cap. 1; Rabenu Bejaie Vaieshev 38:30).
David fue ungido tres veces, por el profeta Shmuel, por la tribu de Iehuda y por los sabios del pueblo judío. De acuerdo con la ley judía, está prohibido ungir a un rey con aceite especial para unción, cuando ya ha sido ungido.
Aquí estaba permitido porque las dos primeras veces no lo hicieron rey, ya que no tuvo la aceptación popular de la gente! Él solo se convirtió en rey con el coronación de la gente.
Salomón también tuvo dos unciones, porque la primera vez fue exclusivamente con los habitantes de Jerusalén. Para ser rey necesitaba a todo el pueblo judío y eso es lo que sucedió con la segunda unción. En ambos casos, la aceptación de la gente está creando una situación legal que no existía anteriormente, sentando jurisprudencia.
Todo este ejemplo con David es relevante, y especialmente cuando reconocemos cómo Mashíaj y David están tan entrelazados. Todos los aspectos de David son un microcosmos del Mashíaj. Esta es la razón por la cual Maimónides, al escribir las leyes de Mashíaj, cita los versículos de Bilam que contienen dos frases. En cada uno, la primera frase se refiere a David y la segunda al Mashíaj. Sobre David de una manera pequeña, sobre Mashíaj de una manera completa.
La incapacidad de David para gobernar hasta que la gente lo aceptara, a pesar de ser elegido por Di-s, es un poderoso mensaje sobre nuestra necesidad de aceptar al Mashíaj, para permitirle redimir al pueblo judío y al mundo entero.
El Mashíaj ya tiene la corona de soberanía que David recibió a través de la unción del profeta Shmuel y el nombramiento para la realeza que fue dado a David cuando fue ungido por el pueblo judío. Pero para revelar la soberanía del Mashíaj en la actualidad, se necesita la aceptación de su gobierno por la gente de esta generación.
Si Di-s juró. ¿David necesita la ayuda de Avner para lograrlo?
En cierto sentido sí, porque la gente necesitaba aceptarlo. David no se convirtió en rey a través de las maravillas Divinas. Solo a través de los esfuerzos de Avner la gente decidió que quería que David fuera su rey. Entonces los ancianos, representando a todos los judíos, dijeron: "He aquí que nosotros somos tus huesos y tu carne" (Shmuel Bet 5:1), expresando cuán unida estaba la gente deseando estar con el rey.
El razonamiento detrás de
esta aparente disparidad incongruente, que las palabras de Di-s y la unción del profeta no causaron el reinado de David, pero la campaña popular de Avner sí, se basa en un principio de nuestros Sabios, "no hay rey sin pueblo"; un rey solo existe en virtud de personas que creen en él como tal. (Pirkei DiRabí Eliezer Cap. 1; Rabenu Bejaie Vaieshev 38:30).
David fue ungido tres veces, por el profeta Shmuel, por la tribu de Iehuda y por los sabios del pueblo judío. De acuerdo con la ley judía, está prohibido ungir a un rey con aceite especial para unción, cuando ya ha sido ungido.
Aquí estaba permitido porque las dos primeras veces no lo hicieron rey, ya que no tuvo la aceptación popular de la gente! Él solo se convirtió en rey con el coronación de la gente.
Salomón también tuvo dos unciones, porque la primera vez fue exclusivamente con los habitantes de Jerusalén. Para ser rey necesitaba a todo el pueblo judío y eso es lo que sucedió con la segunda unción. En ambos casos, la aceptación de la gente está creando una situación legal que no existía anteriormente, sentando jurisprudencia.
Todo este ejemplo con David es relevante, y especialmente cuando reconocemos cómo Mashíaj y David están tan entrelazados. Todos los aspectos de David son un microcosmos del Mashíaj. Esta es la razón por la cual Maimónides, al escribir las leyes de Mashíaj, cita los versículos de Bilam que contienen dos frases. En cada uno, la primera frase se refiere a David y la segunda al Mashíaj. Sobre David de una manera pequeña, sobre Mashíaj de una manera completa.
La incapacidad de David para gobernar hasta que la gente lo aceptara, a pesar de ser elegido por Di-s, es un poderoso mensaje sobre nuestra necesidad de aceptar al Mashíaj, para permitirle redimir al pueblo judío y al mundo entero.
El Mashíaj ya tiene la corona de soberanía que David recibió a través de la unción del profeta Shmuel y el nombramiento para la realeza que fue dado a David cuando fue ungido por el pueblo judío. Pero para revelar la soberanía del Mashíaj en la actualidad, se necesita la aceptación de su gobierno por la gente de esta generación.
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