¿Por qué la Torá ordena que "tomemos" una donación, la donación la damos, no la tomamos? ¿De dónde tenían los hijos de Israel maderas de cedro en el medio del desierto? Nuestro patriarca Iaakov preparó las materias primas para la construcción del Mishkan, doscientos años antes de su establecimiento. Y esto que hizo fue con el motivo de consolar a los hijos de Israel y alentar su espíritu sobre la llegada de la Redención.
La parshá Trumá (donación) abre una serie de varias secciones semanales, donde el foco central es, sin dudas, la construcción del Mishkan. Al principio de la parshá, Di-s le ordena a Moisés "tomar" una donación de todos los hijos de Israel, oro, plata, cobre y otros, con la finalidad de construir un Mishkan, un lugar para que pose la presencia Divina sobre la faz de la tierra.
Una lectura rápida de los primeros versículos de la parshá, da luz a una pregunta gramática e interesante que nos guiña el ojo. "Y tomarán para Mí una donación de cada hombre que brinde su corazón tomarán Mi donación...y esta es la donación que tomarán de ellos" (Shemot 23:2-4).
¿Desde cuándo "tomamos" una donación"? Si el recolector de dinero, emisario o dirigente comunitario tiene suerte (y necesita mucha suerte), le "entregan" a él una donación y por lo tanto él "recibe" la donación, no la "toma" por la fuerza. Aparentemente en la Torá la orden debería estar escrita en el lenguaje de "entregar o dar", por ejemplo: "Y darán para Mí una donación". ¿Cuál es el significado del lenguaje "Y tomarán para Mí una donación"?
Esto y más. Los hijos de Israel tenían en una medida abundante piedras preciosas, oro, plata y cobre, como consecuencia de los saqueos de Egipto y del Mar Rojo. Son conocidas las palabras del Talmud en el tratado de Bejorot (5:B), "que no había ni un judío que no tuviera consigo como mínimo, noventa burros de alta calidad cargados con la plata y el oro de Egipto". Pero la lista de materiales para la construcción del Mishkan no culminó con estos componentes. Di-s pidió a los hijos de Israel suministrar árboles de cedro, vigas de madera enormes de aproximadamente cinco metros de altura. ¿De dónde tenían los hijos de Israel en medio del desierto de Sinai árboles de este tipo? ¿Acaso a los pies del monte de Sinai habían negocios de materiales para la construcción?
Esta pregunta la responden nuestros sabios de diversas maneras. El "Eben Ezra" ofrece una respuesta interesante, indicando que al lado del monte de Sinai existía un bosque frondoso, del cual los hijos de Israel cortaron maderas para la construcción del Mishkan. Otra explicación dice que los hijos de Israel adquirieron esta gran cantidad de maderas de comerciantes ambulantes. Rashi en su explicación a la Torá cita las palabras del Midrash: "¿De dónde sacaron las maderas en el desierto? Explica Rabí Tanjuma que nuestro patriarca Iaakov observó con su inspiración Divina que en el futuro el pueblo de Israel iba a construir un Mishkan en el desierto y trajo cedros a Egipto, los plantó y ordenó a sus hijos sacarlos de allí cuando salieran de ese sitio" (Rashi Shemot 25:5/Tanjuma 25:9).
¿Por qué Rashi cita a las palabras de Rabí Tanjuma, mientras que existen como leímos más arriba, explicaciones mucho más simples y lógicas? Además, el estilo de Rashi es explicar los temas de forma simple, a un nivel que incluso un niño de cinco años pueda comprender. ¿Acaso, las explicaciones mencionadas al principio son tan difíciles que un niño de esta edad no puede entender?
La respuesta es que al citar la explicación del Midrash, Rashi quiere también responder la pregunta de gramática inicial. La utilización repetida y consistente del verbo "tomar" nos enseña que todas las materias primas para la construcción del Mishkan ya estaban en manos de los hijos de Israel. La Torá nos revela que ellos no se vieron exigidos en ese momento a la tarea de buscar los materiales necesarios para la construcción del Mishkan, ni salir a comprarlos o importarlos desde China, tampoco necesitaron talar los árboles por sí mismos, sino que tenían todo listo y disponible y solo debían "tomar" todos los materiales ya preparados.
En otras palabras: Si la Torá hubiera usado el verbo "dar", podríamos haber pensado que desde el instante de la orden de la construcción del Mishkan, los hijos de Israel empezaron a buscar los caminos de como conseguir los materiales y los componentes necesarios. Pero Di-s le ordenó a Moisés solo "tomar" de ellos la donación y con esto aclara que los hijos de Israel ya tenían todo preparado y debía solo "tomar" de ellos la donación.
Sin embargo, a pesar de que ordenamos un poco el "caos" inicial y respondimos las preguntas, la explicación extraordinaria del Midrash Tanjuma genera un nuevo problema. ¿Por qué nuestro padre Iaakov debió esforzarse y plantar cedros en Egipto más de doscientos años antes de la orden sobre las tareas del Mishkan? ¿No tenía lo qué hacer?
La respuesta a este planteo está enclavada en el nombre de quien dio la explicación: "Explica Rabí Tanjuma", Tanjuma viene de la palabra Nijumim, consuelos. Nuestro padre Iaakov visionó el duro exilio que sus hijos iban a atravesar, con sus ojos espirituales observó la esclavitud horrorosa y los trabajos forzados que en el futuro iban a soportar y quiso ayudarlos, alentarlos y consolarlos, por ello, plantó los "cedros". ¡Para que en el transcurso de todo el tiempo del exilio esté frente a los ojos de los hijos de Israel una prueba y una demostración clara y decisiva que al final la Redención iba a venir!
También en la actualidad tenemos "cedros", tal como dice le versículo: "Un justo florecerá como una palmera y como un cedro del Líbano crecerá majestuoso", los, tzadikim, justos de la generación son los cedros de nuestra generación, que nos sostienen y dan las fuerzas para prevalecer y superar a la oscuridad del exilio y no afectarse de los obstáculos y pruebas que enfrentamos.
En particular, esto se aplica a un Rebe que es un líder de Israel, que en hebreo se dice Nasí, una palabra formada por las iniciales de Nitzotz shel Iaakov Avinu, que significa "una chispa de nuestro padre Iaakov" (Megalé Amukot Ofan 84). Así como Iaakov unió a todo el pueblo, hasta tal punto, que su alma incluye a todas las almas de Israel habidas y por haber, de la misma forma, el Rebe une e incluye en su interior a todas las almas de Israel y esto fortalece la fe de todas las personas de su generación en la llegada del Mashíaj y la Redención, ¡él es HaMenajem, exactamente quien consuela y asegura a todos que somos la última generación del exilio y la primera de la Redención!
La capacidad asombrosa del Rebe de plantar un cedro, provocar seguridad y equilibrio y en el área espiritual lograr fe y paz, también en las situaciones mas destructivas que puedan existir como podremos apreciar en la siguiente historia:
El jasid Reuven Dunin z"l relató: Una vez en los años sesenta, me quedé en la calle, afuera del "770", la sinagoga del Rebe de Lubavitch, a una hora muy tarde, luego de la medianoche a esperar que el Rebe saliera de su oficina. De pronto, llegaron tres limusinas bien largas, de ellas salieron un número de personas que se veían de importancia e ingresaron con rapidez a la oficina del Rebe. Luego de media hora se fueron. Sin poder contenerme, le pregunté al Rebe quienes eran estos hombres. El Rebe me contestó que eran miembros de la comisión de energía atómica del gobierno de los Estados Unidos de América. Con inocencia le pregunté que querían. El Rebe me contestó que se habían atascado en unos cálculos específicos y hacía seis meses que no tenían éxito en avanzar en el proyecto y por ello vinieron a buscar asesoramiento. Le pregunté al Rebe: ¿Por qué usted colabora con un proyecto cuyo objetivo es la destrucción? El Rebe me dio tres respuestas:
1-Los cálculos son para reactores nucleares de uso civil para beneficio de la población
2-Los Estados Unidos de América son una nación de bondad para el pueblo de Israel y es nuestra obligación ayudarlos
3-¡Para que sepan quien es el verdadero "dueño de casa"!
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