Esta semana leeremos si Di-s quiere, la porción semanal Toldot, en la que nos encontraremos por
primera vez con Iaakov, el patriarca elegido y a su hermano mayor - que a la vez es su mayor
enemigo – Esav. Leeremos el relato de la venta de la primogenitura y las bendiciones que recibió
Iaakov de forma "engañosa" y su huida a la casa de Lavan, etc. Pero antes de que tratemos de la vida y obra de Iaakov (y también de Esav), detengámonos un momento y contemplemos justamente lo que cuenta la Torá del patriarca Itzjak.
Itzjak Avinu, el más desconocido de los patriarcas, es conocido como…¡excavador de pozos! La
parshá de esta semana nos enseña sobre las excavaciones repetitivas de un pozo atrás de otro,
sobre las disputas y las dificultades acumuladas en toda su trayectoria.
De hecho, el agua es algo imprescindible (sin agua no se puede vivir) y en el mundo antiguo (e
incluso en nuestros días, desgraciadamente también) se libraron guerras sangrientas por dichos
recursos. Pero después de todo, ¿eso es lo que tiene la Torá para contarnos de Itzjak Avinu? ¡¿Es
que toda la alcurnia de Itzjak se reduce a ser el fundador de la empresa estatal de aguas potables?!
El Ramban (Rabi Moshe Ben Najman o Najmánides) explica de forma extensa (Toldot 26, 20) que
hay muchas cosas ocultas en todo lo que se refiere al relato de las excavaciones de los pozos:
Pero hay en todo esto un asunto oculto que viene a anunciar el futuro. El pozo de agua viva
simboliza la casa de Di-s (Beit Hamikdash) que será construido en un futuro por los hijos de Itzjak.
Así como del pozo brota el agua dulce que es el origen de la vida, así lo es también el Beit
Hamikdash y la revelación Divina que de allí se expandió, simboliza el origen de la vida del pueblo
de Israel y a través nuestro, del mundo entero.
Al primer pozo Itzjak lo llamo "Esek" (de la palabra osek – apelar, discutir, pelear) – por las peleas y
las guerras que iniciaron las naciones en contra nuestro y que al final concluyeron en la destrucción
del Beit Hamikdash.
El segundo pozo lo llamo "Sitna" – por los escritos que difundieron las naciones incitando al odio y
en contra de las reconstrucción del Segundo Templo y que como consecuencia de todo eso,
después de muchos años, produjeron su destrucción también.
Sin embargo, el tercer pozo fue denominado "Rejovot" (ampliar, expandir, ensanchar, etc.)
refiriéndose al Tercer Templo ya que en un próximo futuro, Di-s expandirá los límites de la Tierra de
Israel y podremos asentarnos con paz y seguridad. "Se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo
de su higuera" y adoraran a Di-s todos unidos!
"No existe Beit Midrash (casa de estudio judaico) que no provea algo nuevo" - nos insinúa que,
para los patriarcas, los 3 Templos estuvieron siempre presentes. Los midrashim de la Torá nos
enseñan constantemente que los patriarcas tuvieron visiones palpables de lo que serían el exilio y la redención, la construcción y la destrucción. Por ejemplo, Abraham Avinu vió el exilio del pueblo
de Israel en el Pacto de las Partes (Brit bien HaBetarim). La semana que viene, leeremos sobre "la
escalera de "Iaakov" – el sueño de "Iaakov Avinu en el que ve la construcción y destrucción – una y
otra vez – del Beit Hamikdash… y no faltan en la Torá guematrías, siglas y cambios de letras, todos
ellos sobre el Gran Templo.
¿Qué tiene de especial excavar pozos? ¿Qué tienen de peculiar los Templos de la manera que los
insinúa Itzjak Avinu? Y principalmente, ¿cuál es el mensaje dirigido a nosotros, a un paso de la
Redención completa y verdadera?
En las enseñanzas del Rebe, encontramos una idea maravillosa escondida dentro de esta historia,
con un trasfondo actual y poderoso para nosotros. Mientras que los patriarcas tuvieron visiones (únicamente) de los Templos (visiones espirituales y abstractas) Itzjak Avinu ¡los excavó! Es más, Itzjak Avinu no "construyó" el Templo/pozo, sino que lo "excavó" justamente!
Pero… ¿qué tiene de especial excavar?
Excavar pozos representa un tema completo y se basa en principios de la labor humana, elemento
básico que debemos considerar seriamente. Un pozo se excava por el hombre con mucho trabajo y
con mucho esfuerzo. A diferencia del manantial, que depende completamente de Di-s, el pozo debe
ser obra del hombre. Él debe invertir fuerzas y tiempo, resistencia y determinación ¡para lograr el
objetivo!
Por otro lado, incluso después de hora, días y quizás semanas de arduo trabajo, el agua emanara
por si sola de la tierra y no por el esfuerzo y elección del hombre.
Al remover capas de polvo y enormes cantidades de tierra, el agua irrumpe a la fuerza del fondo de
la tierra y desemboca en el pozo que excavó el hombre.
Del mismo modo en el Gran Templo… la Torá nos ordena "Y me harán un Templo". Tenemos
prohibido cruzarnos de brazos y esperar. El hombre debe hacer y actuar, excavar y trabajar, para
descubrir la Divinidad (y la redención) oculta en el mundo. Sin embargo, es importante saber que la
"kedushá" (santidad) ¡llega de arriba! Si bien Él nos muestra el camino y prepara el lugar, es
justamente entonces que debe esperar y aguardar, desear y aspirar que el agua (la redención)
¡brote e irrumpa!
Como es sabido, los tres patriarcas representan los tres pilares sobre los cuales se mantiene el
mundo. Abraham es el pilar de la bondad, Iaakov simboliza el estudio de la Torá… ¿e Itzjak?
Itzjak es el pilar del esfuerzo y el trabajo!
Itzjak Avinu y la excavación de los pozos nos enseñan que el hombre debe esforzarse! Y cuando se
trabaja y se entrega con fuerza y determinación para construirle a Di-s su morada en este mundo
inferior, "tus acciones tienen recompensa" y el agua Divina – la santidad que reinará en el Gran
Templo – irrumpirá la oscuridad del exilio y traerá la redención.
Todo esto está aparentemente bien si del primer y segundo Templo se trata, que fueron
construidos por el pueblo de Israel por sí mismo. Pero… ¿no es que según lo que consta en nuestros escritos el tercer Templo bajara del cielo "construido y terminado? ¿No está escrito en el
Zohar que el tercer Templo se llama "Biniana Dekudsha Brij Hu" (edificación de Di-s)? ¿No es que
esta explicado que los Templos que fueron construidos por seres mortales fueron destruidos
porque seres humanos (así como también sus acciones) no son eternos? En cambio, el tercer
Templo que será obra de Di-s existirá por siempre, al igual que su Creador. Entonces, aparentemente, ¿no hay necesidad ni tiene ningún valor el trabajo y el esfuerzo del hombre con
respecto al tercer Templo?
El Rebe explica que justamente lo contrario es lo correcto. La eternidad del tercer Templo es el
resultado directo de las acciones y el esfuerzo del pueblo de Israel durante todo el exilio. Y es esa la
perfección suprema, ya que durante tan prolongado exilio, el pueblo de Israel se purificó una y otra
vez por medio del cumplimiento firme de las mitzvot y entregando el alma por los valores de la
Torá y el judaísmo, hasta el punto en que el judío no percibe su existencia como un ente individual
sino que descubre como todos sus actos y todo su trabajo son en si ¡de Di-s mismo!
No solo es el hijo que hace todo por su padre, no es un ente aparte o una realidad alternativa, es
en su totalidad "obra y mano de Di-s" y es por eso, por lo que todos sus actos son obra de Di-s y su
trabajo ¡es también de Él!
Eso es lo que nos innova el tercer Templo a diferencia de los dos anteriores. Sin duda, también en
el primer y en el segundo Templo se esforzó y trabajó el pueblo de Israel para hacer el mandato de
Di-s y así y todo, fue esta una labor en la cual se percibía la existencia del hombre (su intelecto, sus sentimientos y sus actos). Justamente durante el exilio, que todo nuestro trabajo espiritual se lleva
a cabo principalmente por medio de la aceptación de los mandamientos en su totalidad y con
auto-anulación interior, ¡nuestros actos pasan a ser actos Divinos! Y esos realmente no somos
nosotros…
Culminaremos con un relato.
Después del atentado terrorista ocurrido en la Escuela de Oficios (Beit Sefer Lamelaja) en Kfar Jabad, el Rebe envió un grupo de alumnos – shlujim a Eretz Israel. El objetivo era levantar el ánimo de los quebrantados jasidim después de la tragedia. Cuando volvieron los shlujim (enviados del Rebe) al 770, el 4 de Elul de 5716, el Rebe convocó a un farbrenguen especial en su honor y en el mismo les pidió que cantasen un ningún (melodía jasídica) que hayan traído con ellos de Eretz HaKodesh.
Sobre lo que sucedió después, nos cuenta el rabino Shalom Feldman:
El Rebe esperó hasta que uno de los shlujim comenzó a cantar "Nuestro Rebe" – una canción infantil que los niños acostumbraban a cantar en las instituciones de Jabad en Eretz Israel.
El Rebe empalideció y unas pocas horas después, se largó a llorar, mientras que su cabeza se
apoyaba sobre la mesa…
Después de eso, comenzó el Rebe una charla con respecto a la importancia y la necesidad del
trabajo espiritual por medio de la auto-anulación, de un nivel de "mi alma sea como el polvo".
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