De aquí, se entiende, que todos los detalles de nuestra parshá que están relacionados con Iaakov, estando con Laván y yéndose de allí, son para un aprendizaje en relación al exilio y Redención actuales.
Todo el tiempo que Iaakov estuvo en el exilio, supo que este no era su lugar y trabajó sin cesar para salir de allí, haciendo su tarea como preparación a la Redención, hasta tal punto, que Laván se dio cuenta de esto. E incluso antes de llegar a Israel, anhelaba y deseaba estar allí, no solo un vez, sino que todo el tiempo en que demoró en llegar su Redención, anheló y deseó volver a su tierra.
En esto hay una enseñanza con respecto a nuestro exilio y Redención actuales, como enseña el Alter Rebe sobre que debemos vivir con el tiempo y esta semana es con los versículos de la parshá Vaietze.
El mensaje es: Todo el tiempo que estamos en el exilio, debemos avanzar sin parar hacia la Redención y no amedrentarnos ni darle consideración a ningún obstáculo. Todo el tiempo que estamos en exilio, deseamos y añoramos la Redención, ¡Cuándo vendrá la Redención? Incluso luego que la deseamos una vez hasta que se nos consume el alma, por cuanto que el Mashíaj aún no vino, no cesamos de anhelar sino seguimos queriendo y deseando, pues como el Mashíaj aún no vino, ¿Cómo es posible dejar de anhelarlo y añorarlo?
(El Rebe - Sefer HaSijot 5746/Vaietze)
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