la palabra hablada de Dios es la luz investida en el recipiente, que es el cuerpo físico del pan. La luz dentro del pan es idéntica a las chispas sagradas contenidas en los alimentos. Pero sin el cuerpo del pan, sin su dimensión física, la luz no puede ser transferida a nosotros. Por lo tanto la dimensión física del pan es necesaria para alimentarnos, (en sentido figurado) de la luz, según nos enseña el Maguid de Mezritch. En este sentido, la dimensión física es clave para alcanzar la dimensión espiritual.
Este es un principio muy importante. En lugar de mirar la dimensión física de nuestra realidad como que oculta la existencia de la dimensión espiritual, el Jasidismo nos enseña a ver la dimensión física como el puente hacia lo espiritual. Cada faceta física contiene chispas sagradas que no las oculta de nosotros, sino que las guarda, las almacena, para que podamos llegar a ellas. Este cambio de perspectiva se relaciona específicamente con el mes de Tevet, del que dicen los sabios: En el mes de Tevet, “El cuerpo disfruta del cuerpo” (הגוף נהנה מהגוף ha guf neehné mehaguf).
El mes de Tevet se trata acerca de ver el valor intrínseco de lo físico, similar a este ejemplo donde vemos que el cuerpo actúa como el recipiente que puede contener lo espiritual, haciéndolo así accesible al alma.
De la misma manera, las enseñanzas del Arizal explican que mientras las luces, es decir las cosas espirituales, se pueden mezclar, las luces no puede adherirse una a la otra. No puede haber adhesión (דביקות debekut) de las luces. La adhesión es un estado que sólo los recipientes pueden alcanzar. Es la dimensión física la que puede adherirse, así como el pan se adhiere a la palabra hablada de Di-s que habita en él (y se adhiere al cuerpo que lo consume), o como el cuerpo que puede adherirse a Di-s.
Una de las mayores paradojas inherentes al Todopoderoso es que Di-s en sí mismo no es ni físico ni espiritual, más bien es ambos al mismo tiempo. No obstante justamente el cuerpo físico sí puede adherirse a la raíz del ser limitado, raíz que se encuentra en la esencia infinita de Di-s (a veces llamada la verdadera esencia del ser, en contraposición a la esencia de la anulación absoluta), tal y como el pan físico se adhiere al recipiente espiritual de la palabra pronunciada por Di-s, como se explica más arriba). De hecho, se dice en el jasidismo que cuando el Mashíaj llegue ¡el cuerpo sustentará al alma! (Extraído de www.dimensiones.org, Rabí Itzjak Guinzburg)
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