usadas para la purificación del pueblo: "En aquel día se abrirá una fuente hacia la casa de David y para los habitantes de Jerusalem...". Las aguas serán extraídas para rociar a quienes necesitan purificarse para ingresar al Beit HaMikdash. Información adicional sobre este manantial, la encontramos en el capítulo 47 del libro de Iejezkel a continuación de su descripción sobre el tercer Beit HaMikdash, señalando que dicho manantial crecerá gradualmente hasta formar un arroyo y luego un río poderoso hasta cambiar la geografía del planeta. "He aquí las aguas salen por debajo del umbral del Templo hacia el este, pues el frente del Templo es hacia el este y las aguas descienden de debajo del lado derecho del templo al sur del altar" (Iejezkel 47-1). Las aguas pasan a ser un torrente, la profundidad de las aguas en los primeros 500 metros de extensión, fuera de la muralla del monte del templo llegará hasta los tobillos, pero en la continuación del flujo fluvial, el lecho bajará hasta no poder ingresar la persona por su gran profundidad. La corriente original se dividirá en varios brazos: Hacia el Iam HaMelaj (Mar Muerto), el Iam HaKineret (Mar de Galilea), el Iam HaTijon (Mar Mediterráneo) y de allí al Océano Atlántico. En el texto del Tanaj (Iejezkel 47-8) dice: "Entonces, me dijo, estas aguas salen a la región oriental y descienden a la Aravá y van del mar al mar para que sean saneadas las aguas". Los sabios en la Tosefta de Sucá revelan que estas aguas endulzarán las aguas saladas: "¿Hacia donde salen las aguas? Hacia el mar de Tiberia (Galilea), al mar de Sodoma (Muerto) y al océano para curar las aguas de su salinidad y endulzarlas". A cada lugar que llegan las aguas del Beit HaMikdash, llevarán bendición. Cuando lleguen a los distintos mares provocarán un aumento enorme de los peces como está escrito: "Y sucederá que adondequiera que vaya el río, vivirá toda suerte de alma viviente y habrá una inmensa muchedumbre de peces, porque llegan allá aquellas aguas para que sea saneado y reviva todo.." (Iejezkel 47-9). Sobre las márgenes de este caudaloso río, aparecerán árboles frutales con hojas permanentes que darán frutos sin cesar: "Y a lo largo del río, sobre sus riberas de una y otra orilla, crecerá toda suerte de árboles frutales y su follaje no se marchitará ni faltará su fruto, darán nuevos frutos cada mes, por cuantos sus aguas salieron del Templo.." (Iejezkel 47-12). Estas frutas sobrenaturales madurarán cada mes y cuando sean sacadas del árbol, crecerán otras nuevas (Metzudat David). Sobre sus propiedades fantásticas dice: "Y serán sus frutos para comer y sus hojas para medicina" (Iejezkel Ídem), donde hay una alusión a la cura de la sordomudez y la esterilidad (Ialkut Shimoni Iejezkel). Más aún la virtud de estas aguas se vislumbra en que serán un freno a la muerte: "Dice Rabí Iehuda, inclusive el ángel de la muerte no tiene poder para traspasarlas".
De más está decir, que estos maravillosos cambios vendrán en conjunto con las grandes revelaciones espirituales sublimes de esta era eterna de paz universal (Iemot HaMashíaj o era Mesiánica): "Y se llenará la tierra del conocimiento de Di-s como las aguas cubren la superficie del mar".
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