los que no querían libertad no merecieron ser libres y perecieron en los 3 días que duró la plaga de la oscuridad. Los que fueron liberados fueron solo un quinto de la población como dice el versículo en el libro de Shemot (13:18): "Jamushim (Quinta parte) subieron los hijos de Israel de la tierra de Egipto". Pero en la redención inminente actual está escrito en Ieshaiahu (27:12): "Ustedes serán recolectados uno por uno hijos de Israel", no quedará ni siquiera un judío en el exilio.
¿Por qué hay una diferencia tan notable entre la liberación de Egipto y nuestra inminente liberación?, ¿Por qué no fueron liberados quienes no querían salir de Egipto y en cambio ahora se liberarán también quienes se nieguen firmemente salir del exilio ?. La respuesta surge de la diferente situación de los hijos de Israel en la redención de Egipto y la actual. En la liberación de Egipto el pueblo judío era considerado en un nivel de "hijo", de acuerdo como el Santo Bendito Sea ordenó a Moisés que la transmita al faraón (Shemot 6:22): "Israel es mi hijo primogénito". El lazo del hijo hacia su padre es muy profundo, pero si la persona se obstina puede prevalecer sobre esa unión profunda con su padre y desconectarse de él. Por ello aquellos judíos de Egipto que se sumergieron tanto en la idolatría hasta elegir separarse de su padre celestial y quedarse allí, no era posible salvarlos. En cambio luego de la salida de Egipto se fortificó la relación entre el pueblo judío y el Santo Bendito Sea, pasando a ser una unión por elección. En el monte de Sinaí eligió el Santo Bendito Sea a Israel como Su pueblo ("Tu nos elegiste entre todas las naciones) e Israel eligió a Él a través de la elección de la Torá proclamando "haremos y entenderemos". Esta unión fue realizada por libre elección, es más profunda y el lazo proviene de la esencia de ambas partes. Desde la entrega de la Torá existe una unión esencial de los judíos con el Santo Bendito Sea, una unión que no se puede interrumpir o borrar.
Por ello ni siquiera un judío quedará en el exilio, pues ese mismo judío, que argumenta que el exilio es bueno para él y no desea liberarse, en la esencia de su alma anhela la redención y quiere también él volver a su padre celestial. La unión producida por la elección mutua que se gestó en la entrega de la Torá, existe también en su alma. Causas externas ocultan esta relación pero existe en toda su dimensión y fortaleza. Por ello vendrá el Santo Bendito Sea con "mano fuerte" y eliminará los factores externos que perturban e inhiben la realidad, revelando la unión de todo judío con el Creador. (Likutei Sijot tomo 11 del Rebe de Lubavitch).Así explica el Alter Rebe, Rabí Shneur Zalman de Liadí (primer Rebe de Jabad 1745-1813) en el Shuljan Aruj Harab (leyes de estudio de la Torá capítulo 4) y en el Tania al final del capítulo 39, el versículo: "pues no será apartado de Él", todo judío "con seguridad su final es lograr el retorno" al encuentro de la redención. Así dice también Maimónides (Leyes de retorno, capítulo 7 ley 5): "Aseguró la Torá que finalmente Israel hará "Teshuvá" -retornará al Creador- al final del exilio y enseguida serán redimidos", es decir cuando venga nuestro justo Mashíaj, él despertará los corazones de cada judío para retornar a Di-os totalmente. Estará entonces el "Gran Shofar" que encenderá el fuego del retorno a la identidad judía a los "perdidos" y "desplazados", hasta que no quede ningún judío en el exilio. Este es uno de los motivos que nuestra Gueulá se denomina "Shelemá" -completa-, pues solamente cuando todo Israel es liberado puede llamarse "Completa".
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