posará en ella. Pues Jerusalén, la ciudad en la cual se alojará el tercer Beit HaMikdash y habitará el Mashíaj, rey descendiente del linaje de David, no será la capital de la Tierra de Israel solamente sino del mundo entero, "el regocijo del planeta". Así explican los sabios (Shemot Raba 23:11): "En el futuro Jerusalem será la metrópolis de todas las tierras". Entonces reconocerá la humanidad que la fuerza verdadera está centralizada en Jerusalem, el lugar de alojamiento de la Presencia Divina y capital del Mashíaj, por ende se relacionarán con ella como el centro de toda la existencia. Así dicen los sabios (Pesikta Rabati): "En el futuro Jerusalem será una gran luz para los pueblos del mundo".
Desde el aspecto sagrado que morará en Jerusalem dice el profeta (Irmihau 3.17): "En aquel momento llamarán a Jerusalem "Kise Abaie", (trono de Di-s) y afluirán a ella todas las naciones". El Jasidismo explica sobre esto, que hasta ahora es llamada Jerusalem, Ir Elokenu "la ciudad de nuestro Di-s", con un nombre Divino que alude a achicamiento y limitación (Elokim), pero en el futuro será llamada "Kise Abaie", el lugar de vivienda y revelación del nombre sagrado de cuatro letras, el tetragramatón que alude a la esencia Divina misma.
Sobre la riqueza legendaria de la Jerusalem futura, podemos impresionarnos de las palabras de los sabios (Pesikta de Rab Cahana): "En el futuro, El Santo, Bendito Sea Él, fundará Jerusalem con diez especies de piedras preciosas", "En el futuro las fronteras de Jerusalem estarán llenas de piedras preciosas y perlas". La fuente de esta riqueza esta insinuada en otra expresión de los sabios: "En el futuro, El Santo, Bendito Sea Él, ingresará y ascenderá a las naciones del mundo para repartir sus botines a Israel". Cuando la riqueza mundial se concentre en Jerusalem no hay sorpresa en que estará llena de piedras preciosas y perlas. Los sabios también destacan en la Torá oral el hecho de que pueblos extraños con creencias extrañas santificaron para ellos a Jerusalem y establecieron sus casas de oración. Así dice en el Zohar (Shemot 17:1): "En el futuro, El Santo, Bendito Sea Él, se revelará en la Jerusalem inferior y la limpiará del excremento de las naciones". ¿Como será la cuestión, a través de guerras o las naciones mismas llegarán al conocimiento que Jerusalem no es un lugar para sus idolatrías y desviaciones ? Del Zohar se comprende que el Santo Bendito Sea mismo hará la tarea y muchos caminos u opciones tiene el Creador.
Jerusalem futura se ensanchará con la redención en una medida incalculable. Es difícil saber como explicar las palabras de los sabios como: "Los portones de Jerusalem llegarán hasta Damasco". De todas formas, es claro que Jerusalem futura se expandirá enormemente. En la Guemará Baba Batra 75:B dice: "En el futuro, El Santo, Bendito Sea Él, agregará sobre Jerusalem unos miles de jardines", en la Guemará Pesajim 50:A: "En el futuro, El Santo, Bendito Sea Él, agregará sobre Jerusalem lo que un caballo corra hasta el mediodía".
Estas expansiones están insinuadas en las palabras proféticas de Zejariá: "Sin muralla de protección habitará Jerusalem". Como se comprende, la intención es que no tendrá límite y medida. En el Jasidismo se explica que este versículo alude a "una luz que no puede asentarse en el recipiente". O sea una revelación infinita de luz Divina a la que accederá Jerusalem pronto en nuestros días.