Cormoranes en la Patagonia |
manera como Di-s supervisa a Su mundo, fijando, incluso entre los peces cual ha de vivir y cuál ha de morir. Sobre este análisis de Rabí Iojanan, el Alter Rebe, fundador de Jabad, enlaza esta idea como una prueba para demostrar la veracidad de la posición del Baal Shem Tov, que todas las cosas que ocurren en el mundo son en base a la "Hasgajá Pratit" supervisión Divina individual o llamada también "providencia Divina". Es decir, no solo los sucesos relacionados con la especie humana son manejados en cada detalle por la supervisión Divina, sino que también cada detalle en lo referente al reino animal, al vegetal e el mineral es supervisado por el Altísimo. Ese es el concepto de lo dicho por Rabí Iojanán, que incluso cuando un ave se sumerge en el mar y saca un pez, esto se realiza bajo la Supervisión Divina, que fija cuál pez ha de ser atrapado. Y efectivamente, el Baal Shem Tov enseñó que cada detalle y cada movimiento que tiene lugar en el mundo, están bajo la Supervisión especial de Hashem. Incluso si se tratara de una hoja que se desprende de un árbol, el Creador dirige su desprendimiento y fija donde rodará y caerá. Tampoco es casual que esta prueba se traiga justamente de un cormorán: Hay una relación directa entre el concepto de la Supervisión Divina particular con el ave “que extrae peces del mar”.
El mundo tal como es visto por nuestros ojos, parecería manejarse por las leyes de la naturaleza. No vemos abiertamente la mano de Di-s como dirige todas las cosas y las supervisa. Sin embargo, se explica en las enseñanzas Jasídicas que la palabra naturaleza en hebreo se dice טבע “Teva”, y su raíz etimológica deriva de “Tviá”, hundimiento (como dice el texto: “se hundieron -“tuveú”- en el Mar Rojo”). Tal como los elementos hundidos en el agua se encuentran ahí en toda su totalidad, pero no son vistos por el ojo, así también ocurre con la naturaleza que oculta (hunde), contiene sumergida en su seno a la Supervisión Divina, al punto que parecería como que las cosas ocurren solas. Viene el cormorán e indica, que si queremos descubrir y revelar la Providencia Divina que maneja a todo debemos extraer a aquello “hundido dentro del mar”-correr la cobertura de la naturaleza, y encontrar el manejo Divino que se encuentra detrás de ella. El cormorán nos enseña que debemos meditar en lo que se encuentra “debajo de la capa de agua”, el trasfondo de lo que la vida oculta. Se debe profundizar y meditar en la esencia interior de los sucesos y entonces ha de descubrirse que también lo que parecería, por así decirlo, casual, o producto de la naturaleza, en realidad está direccionado y manejado en cada detalle por la Supervisión Divina. Esto es así ahora, cuando el mundo material tapa y oculta la verdad Divina. Pero cuando tenga lugar la verdadera y completa redención a manos del Mashíaj, realmente pronto, esta verdad se revelará a los ojos de todos, como está dicho: “y se revelará la Gloria de Di-s, y verá toda carne, juntos, que la boca del Altísimo habló”.
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