“Tiempo de adversidad para Iaacov, y de ella se salvará”. [Irmiahu 30:7] “De ella” significa desde la adversidad misma, porque la adversidad nos hace unir, “como un solo hombre y un solo corazón”. Entonces la propia adversidad צרה, tzará, se convierte en un resplandor צהר, “tzohar”, una luz preciosa. Si antes de toda plegaria a Hashem tenemos que recibir sobre nosotros el precepto positivo de “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, cuánto más en un momento de adversidad tenemos que sentirnos unidos con todos nuestros hermanos judíos, el pueblo de Israel en todo lugar que se encuentren, en la Tierra de Israel y en el exterior. Y con este sentimiento de unión
derramar nuestro corazón ante nuestro Padre en el Cielo, nuestro Padre misericordioso que se apiade de nosotros y que no saque de las tinieblas a la gran Luz. También los Jasidei Umot haOlam, “los Piadosos de las Naciones del Mundo”, tienen que identificarse en este momento de adversidad para Iaacov con el Pueblo de Israel con más fuerza y rezar para alcanzar la victoria verdadera contra los enemigos de Israel. Porque entonces, y sólo entonces, vendrá la paz verdadera al mundo, con la llegada del Justo redentor pronto en nuestros días, Amen
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