Cuando se expandió el fuego de la pelea de Koraj y su comunidad contra Moisés, vinieron doscientos cincuenta hombres, que eran todos “líderes de la comunidad, los llamados a las asambleas, "hombres famosos” y reclamaron el derecho a ser servidores Divinos, Cohanim. Moisés les contestó, si efectivamente están empecinados en ejercer el servicio del Santuario, que ofrenden incienso (Ketoret) y verán las consecuencias. Frente al instante de la prueba, Moisés rogó a Hashem: “no gires hacia su ofrenda”. Rashi explica, basado en el Midrash,
que la intención de Moisés fue decir: “yo sé que ellos tienen parte en las ofrendas públicas diarias. Sin embargo, que su parte no sea aceptada favorablemente por Ti. Que el fuego la deje y no la consuma”. Moisés solicitó de Di-s cortar el vínculo que había entre esos pecadores y las ofrendas públicas. Las ofrendas diarias eran adquiridas con el dinero de aporte del "medio shekel", en el cual todos los judíos eran socios. Resulta que también esa gente tenía parte en estas ofrendas. Por ello, vino y pidió que la parte que poseen en las ofrendas comunitarias esos provocadores de discordia “no sea recibida por Ti favorablemente”. Lo que requiere explicación es por qué Moisés destaca “Yo sé que ellos poseen parte en las ofrendas diarias comunitarias”. ¿Cuál es el motivo del énfasis especial sobre el conocimiento de Moisés en esto? Vemos de aquí que la mera posibilidad de identificar la parte del individuo dentro de la ofrenda comunitaria está relacionada con el carácter especial de Moisés.
Por su propia naturaleza, la comunidad y el individuo son dos cosas diferentes e incluso antagónicas. Las necesidades del individuo, en más de una oportunidad se contradicen con los intereses de la comunidad y viceversa. Como lo vemos en los diferentes sistemas de gobierno: Hay sistemas que colocan a los derechos del individuo como su objetivo fundamental y esto va muchas veces en detrimento del interés comunitario. Y hay sistemas que priorizan las necesidades públicas ante todo, las que obligatoriamente afectan muchas veces a los derechos del individuo.
¿Quién posee la capacidad de unir ambas cualidades- observar y tomar en cuenta simultáneamente a las necesidades de la comunidad y las del individuo?
Ése es el líder espiritual de la generación- el Nesí HaDor, sobre quien está dicho “el líder es todo”. Sólo él puede observar al individuo dentro de lo general, y simultáneamente actuar en beneficio del público y la comunidad. Por eso era específicamente Moisés quien podía aseverar: “Yo sé que ellos poseen una parte de las ofrendas diarias”. Él, el Nasí -líder-, sabe discernir e identificar la parte de los individuos dentro de las ofrendas comunitarias y por ende solicitar, en el momento de una pelea, que el Altísimo no preste atención a su sacrificio.
La Parashá de Koraj coincide con los días próximos a Guimel Tamuz, “Tres de Tamuz”, el día en el cual fue liberado el Rebe anterior Rabi Iosef Itzjak Schneerson de la prisión (y enviado al exilio). También en él, siendo el líder de la generación, encontraba expresión la capacidad de identificar los problemas del individuo mientras estaba dedicado a los grandes y difíciles problemas de lo público, y entregarse con todas sus fuerzas para beneficiar a una persona individualmente. Esta virtud transmite el líder de la generación a todos los que transitan por sus caminos, hasta que a través de esta conducta, se trae la redención para todo Israel en general y para cada persona individualmente.
Cuando nosotros abrimos el arca en las festividades, agregamos una plegaria especial en la que pedimos: “y se cumpla en nosotros el versículo que dice "y se posará sobre ti el hálito de Hashem” referido al Mashíaj, y también pedimos que este versículo “se cumpla en nosotros”. Se explica sobre esto, que este pedido es posible ya que dentro de cada judío hay una ‘chispa del Mashíaj’ y por lo tanto puede pedir cada judío un pedido que en esencia debe ser pedir el Mashíaj.
Esta captación, de acuerdo a la cual cada judío es una ‘chispa’ del gran alma central del Mashíaj, se apoya también en el fundamento de la conexión interna y profunda entre los jasidím y el Rebe. El Rebe no es solo un guía y quien provoca salvaciones. El jasid se ve como una ‘chispa’ del alma general del Rebe, y por lo tanto se entrega a él con todo su corazón y todo su alma.
En el segundo capítulo del libro ‘Tania’, inmediatamente después de recordar el hecho de que cada judío tiene un alma que es “realmente una parte de Di-s en las alturas”, se detiene el compositor con extensión sobre la construcción del alma general del pueblo de Israel. Explica que no es una colección casual de almas y personas, sino que existe aquí una construcción ordenada y escalonada, como un gran mosaico que forma una imagen completa. La similitud que elige para utilizar es la de los órganos del cuerpo. Cada órgano posee una esencia individual y características particulares, pero existe una necesidad profunda entre todos los órganos, y todos conjuntamente forman la esencia del hombre completo.
La conexión profunda entre los órganos es la que provee también a la uña mas pequeña del pie el valor como uña del hombre. Podríamos objetar, que el ‘hombre’ es el cerebro, el corazón o cosas similares, mientras que el resto de los órganos son como los órganos de los animales. Pero no. Ya que todos los órganos están conectados conjuntamente y todos están unidos a la cabeza y el cerebro – son todos considerados una parte de la esencia general de la persona, y todos son órganos del cuerpo humano. Encontramos entonces, que a pesar de las tremenda diferencia de valor entre el cerebro, la mano y hasta la uña más pequeña del pie, todos los órganos son una sola esencia completa, y esto – gracias al mérito de la conexión de estos con el cerebro en la cabeza. Mientras estén los órganos conectados con el cerebro, reciben de este su vitalidad y trabajan de acuerdo a sus mandatos – poseen el elevado valor de órganos del hombre, una parte de la esencia humana.
Esta situación similar existe análogamente entre la conexión de las almas de Israel. En las almas hay, como es sabido, innumerables niveles. Existen almas elevadas y muy puras y también almas bajas y muy simples. Y con todo esto, cada alma es “realmente una parte de Di-s en las alturas” y está conectada con una fuerte unión a su fuente Divina. ¿Cómo puede ser que un alma simple del pueblo de Israel esté conectada con la misma fuente como un alma elevada? Esto es hecho por medio de la conexión del alma simple con la ‘cabeza’ – con la misma alma que se encuentra en un nivel de ‘cabeza’ y ‘cerebro’.
El alma de un justo se encuentra en un nivel de ‘cabeza’ en relación a las almas de las multitudes, y por medio de conectarse con ella, se unen todas con la fuente superior de todas las almas – con la Presencia Divina. De aquí la anulación completa del jasid a su Rebe.
La integridad de esta conexión existe entre el alma del Mashíaj y entre las almas de todo Israel. El alma del Mashíaj es la más elevada y superior de todas las almas. Sobre ella está dicho (Ieshaiahu 52, 13): “Y he aquí que mi siervo será inteligente, tendrá éxito; será elevado, puesto en alto, y muy ensalzado”, y está explicado en las enseñanzas de la Cábala (Ramaz sobre el Zohar parte 2, (40-3); parte 3, (260-2); y otros lugares), que el Mashíaj se erguirá en un nivel muy elevado – él tendrá el mérito de recibir el nivel de alma llamado ‘iejidá’.
Una chispa de este alma habita en el corazón de cada judío, siendo esta la ‘chispa’ del Mashíaj que hay en su interior. Cuando el judío se conecta con el alma general de la generación, que es el nivel de Mashíaj de la generación, revela por medio de esto la esencia de su alma y también ayuda a revelar el alma del Mashíaj general y la llegada de la redención completa y auténtica.
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