el día de su liberación, luego de haber sido arrestado debido a una calumnia.También en él encontramos un extracto de ambos conceptos. Por un lado, elevó y amplió inmensamente la revelación del núcleo del conocimiento Divino, logrando que cuando dos jasidim se encontraban, dialogaran sobre el concepto básico que expresa la nulidad del mundo frente a su fuente Divina. Por el otro lado, se dedicó a reunir fondos para los judíos en la Tierra de Israel que vivían en la pobreza y además promovió el asentamiento de los judíos de Rusia en pequeñas aldeas para que se dedicasen a la agricultura e industria y puedan tener independencia económica. Él mismo fue el primero de los Rebes que se mudó a Lubavitch. Esta línea de conducta expresa la verdad completa, pues une todos los extremos. Un sistema que se dedique únicamente a temas espirituales o solamente a temas terrenales, no puede ser verdad. La verdad debe abarcar todos los aspectos de la vida, los del espíritu y los de la materia. En Rabí Dovber confluyen ambos conceptos: La gigantesca estatura espiritual, reflejada en la inconmensurable sabiduría de la Torá y el Jasidismo y junto a esto, el interés por los más ínfimos detalles de los problemas que acosaban al judío, o a toda la comunidad. El Jasidismo enseña que no sólo no existe una contradicción entre ambas cosas, sino que en realidad se complementan. Es el equilibrio ideal entre “su cabeza llega al cielo” y “sus pies están apoyados en la tierra”. El Rebe de Lubavitch enseña en estos días, que puesto que la unidad del alma y el cuerpo, de lo espiritual y material ya están en plenitud y todo está listo para la Gueulá, debemos hacer cosas que revelen esto en la práctica como lo aprendemos del Miteler Rebe quien nació y partió de este mundo el mismo día (9 de Kislev). Debemos esforzarnos en especial en expresar lo espiritualidad y jasídico en la vida material de uno, en tiempo y espacio, sentir la calidez y vitalidad derivadas del judaísmo y jasidismo personales hasta que no haya diferencias en absoluto entre materia y espíritu. Esta unión caracteriza al Mashíaj. Sobre él está dicho que será ‘Rey’ y "Rab" (sabio). Por un lado será rey y se ocupará de los aspectos existenciales de Israel y de toda la humanidad. Por el otro, será Rab y revelará una “Torá nueva”, de una profundidad desconocida hasta el momento. Pues cuando llegue la Redención, quedará al descubierto la “escalera cuyos pies están apoyados en la tierra y su cabeza llega al cielo”.
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