Abraham era muy acaudalado, siendo suficiente que le transfiriera a Itzjak sólo parte de su riqueza. La transferencia que Abraham realizó indica la importancia que le otorgó al matrimonio de Itzjak y Rivká. No se trataba solamente del enlace de dos personas, sino del primer matrimonio judío. De esta boda se construye la continuidad del pueblo judío hasta el final de las generaciones. El matrimonio de Itzjak y Rivká representa el objetivo de la Creación: la unión de la existencia espiritual con el mundo terrenal. Itzjak vivió siempre en al tierra de Israel, un lugar sagrado, además él mismo se consagro cuando junto a su padre superaron la décima prueba que Di-s le dispuso a Abraham, por ello Itzjak representa entonces la espiritualidad más excelsa. Rivká nació y vivió fuera de la Tierra de Israel, en la casa de los malvados Betuel y Laván. El Midrash la describe: “Como una rosa entre las espinas”. Rivká representa la existencia material en su dimensión más baja. El matrimonio de ambos expresa la unión de dos extremos, espíritu y materia, alma y cuerpo. Esta alianza es el propósito de toda la Creación: revelar la santidad Divina aquí a este mundo material y hacer de él un lugar habitable para la revelación Divina. Esto nos permite comprender por qué la Torá describe tan ampliamente todos los detalles de la misión encomendada de Abraham a Eliezer. Es el primer matrimonio judío y sienta las bases para la misión de cada judío durante la historia: Unificar la existencia espiritual con la realidad física y por eso es sumamente importante cada detalle de esta primera misión que aparece en la Torá. Esta misma misión le es encomendada luego a cada judío. Cada Mitzvá, precepto cumplido, es una fusión de la realidad Divina con la materia con la cual se cumple el precepto. Así como Abraham le dio todo a su hijo para cumplir la primer misión, de la misma forma Di-s le entrega “todo lo suyo” al pueblo de Israel, para que tenga éxito en su misión personal en este mundo. Este es el sentido profundo de este casamiento. Luego de más de 3300 años de cumplir con las mitzvot el mundo ya está listo para que se revele Di-s en la Tierra y en nuestra generación la única misión que nos resta es recibir al Mashíaj activamente. Cada judío debe acercarse a Di-s, Quien nos dio encomendó nuestra misión y decirle: “Cumplimos con nuestra tarea, y ahora Haz Tú la Tuya, enviándonos al Mashiaj ya!”.
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