El Rebe de Lubavitch y su suegro el Rebe anterior |
rezamos tres veces por día pidiendo: “Haz retornar a nuestros jueces como era en un principio y a nuestros consejeros como era en el comienzo”.Sin embargo, mientras que en nuestra Parashá se habla de “jueces y policías”, en relación a la época de la redención mesiánica se menciona “jueces y consejeros” (‘consejeros’ en lugar de ‘policías’). El motivo de esta diferencia es que en la época de la redención mesiánica no se precisará más de policías, puesto que todos acatarán el dictamen de los jueces por propia iniciativa y no se requerirá de la represión de los policías. ¿Pero cuál es el sentido de los consejeros’? La diferencia entre el juez y el consejero radica en que el juez está por encima del acusado y decreta sobre él una sentencia que no toma en cuenta ni la voluntad ni la comprensión del acusado. El acusado está obligado a cumplir el dictamen del juez tanto si sus palabras le parecen razonables o si no lo son. En contraposición a ello, el consejero habla a la persona no de arriba hacia ‘abajo’, sino de igual a igual y le da un consejo que el receptor mismo entiende y siente que es beneficioso para él. En cada uno de ellos hay una ventaja sobre el otro: la ventaja del consejero es que la persona receptora recibe en mejor medida el consejo y éste penetra más profundamente en su interior. Sin embargo, el juez posee otra ventaja: que sus palabras son aceptadas por provenir de una autoridad superior, de alguien a quien el Altísimo confirió la fuerza de dictaminar la ley de la Torá, frente a lo cual el hombre se anula y cumple su indicación aceptando el yugo celestial (Kabalat ol) Una diferencia similar es la que existe entre las palabras de la Torá y las palabras de la profecía. La Torá, por su misma esencia, es la Sabiduría y la Voluntad de Di-s. Incluso como ésta descendió y se invistió en conceptos de este mundo, permanece siendo una entidad superior a la creación y superior a la razón lógica limitada del hombre. A diferencia de ello, la profecía, a pesar de que también es la palabra de Hashem, Quien reveló Su secreto a Sus servidores los profetas, sin embargo es captada en la mente e inteligencia del profeta, que a su vez debe revelarse en el habla (con una voz física), y su contenido está ligado a “sucesos que habrán de tener lugar en el mundo” (parafraseando a Maimónides) Y sobre ello recita el texto: “Y Haré volver a tus jueces como era en el principio, y a tus consejeros como era en el comienzo”. Cuando llegue la redención mesiánica habrá de regresar el nivel más perfecto e íntegro de los jueces- los dictaminadores de las leyes de la Torá- y de los consejeros- los profetas. La preparación para ello tiene lugar ya antes de la llegada de la redención y fundamentalmente en nuestro tiempo, cuando ya nos encontramos en los últimos instantes previos a la redención mesiánica. Los ‘tus jueces’ y los ‘tus consejeros’ son nuestros Rebes, los líderes del pueblo de Israel, quienes enseñan Torá (revelan la la sección interna de la Torá) y aconsejan en temas de Torá y Reverencia del Cielo, e incluso en temas terrenales- algo que es función de profetas. Esto incluye también la profecía principal- la profecía que “de inmediato a la redención”, y acto seguido de inmediato realmente “he aquí que él (el Mashíaj) está viniendo”
(El Rebe de Lubavitch - Sefer HaSijot 5751)
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