estén enfocados en la Torá, la sabiduría Divina que nos guía a través de las pruebas y las tribulaciones de la vida. Orar es también crucial, como se insinúa en la palabra hebrea para orar, tefilá, que significa conexión; la oración nos permite explorar y expresar nuestra conexión con el Creador. La bondad, junto con el estudio y la oración, es la tercera columna sobre la cual reposa el mundo, ya que sin la humildad que viene con el dar, nuestros logros no son nada mas que auto-adoración. La base de estas tres columnas -estudio, oración y bondad – es teshuvá, término frecuentemente traducido erróneamente como arrepentimiento, pero su real significado es retorno pues Teshuvá es volver a la sinceridad en la relación de cada uno de nosotros con el Creador. Porque para que los tres caminos generales sean estables y enfocados, todos los tres deben estar basados en un auténtico deseo de ser honestos y de tornar hacía Di-s de todo corazón. La quinta dimensión que los sabios enumeran en relación con Elul es la liberación (Gueulá), que es no solamente la cúspide de todas las demás dimensiones combinadas y el cenit de la experiencia humana, sino también un elemento profundamente arraigado en nuestras vidas cotidianas. Las cosas que nos esclavizan son solamente una ilusión temporal – la vida real espera en la liberación que experimentaremos en la era Mesiánica. Meditar sobre el hecho que habrá un tiempo, inmediato, cuando todos los obstáculos para vivir una vida espiritual, con significado, satisfactoria, desaparecerán, esto hará que los obstáculos que ahora enfrentamos sean mucho menos abrumadores y las cargas que llevamos sean mucho mas livianas.
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