el Talmud nos enseña que Moisés rogó a Di-s 515 veces, con la esperanza de que la decisión en su contra fuese anulada. Y aún después que Dios dijo a Moisés de manera severa que ya no insista, Moisés no se rindió.Moisés exhibió esta jutzpá no para su beneficio propio.Él sabía que si el mismo lideraría a su pueblo hacia la Tierra de Israel, entonces la herencia de ellos sobre esta tierra sería permanente, para siempre. No exilio.No sufrimiento.Nada de vivir de acuerdo con los caprichos de otras naciones, solamente paz y seguridad permanentes en nuestra tierra. Así que Moisés tenía buenas razones para llevar su jutzpá hasta el límite.Aún así, todos sus ruegos (515 veces!) parecen ser mas que una osadía desmedida.Hay otra variable interviniente.Moisés sigue una enseñanza del Talmud, que dice que cuando te encuentras en la casa de otra persona, siempre debes obedecer todas las directivas del dueño de casa, a excepción que él te diga que te marches.Este principio es parte de la Torá, que es la sabiduría de Di-s y sabemos que todo lo que Di-s enseña, también Él lo cumple.Pues Di-s puede ordenarnos todo tipo de cosas, menos dejarnos afuera de su ¨casa¨, fuera de la Redención. De modo que podemos tener la confianza de que la jutzpá de Moisés estaba muy bien fundamentada.El Moisés de nuestra generación, el Rebe, nos enseña que podemos aplicar esta actitud a nuestras vidas, especialmente ya que cada uno de nosotros tiene una parte de Moisés en su interior como se explica en el Tania. A pesar del hecho que Moisés ya había clamado y rogado, a pesar del hecho que el Rebe clamó y rogó, a pesar del hecho que nuestros ancestros han venido haciendo sus ruegos por siglos, a pesar de los ruegos que nosotros mismos ya hemos hecho, a pesar de ello, debemos usar nuestra osadía para un propósito positivo y debemos continuar rogando y clamando para que el sufrimiento en el mundo se termine y que la era Mesiánica llegue finalmente.
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