En el nivel más básico, la futura reunión de cuerpo y alma es crucial para la concreción de otro de los Trece Fundamentos, el principio de "Recompensa y Castigo". En las palabras de nuestros Sabios: "Di-s no priva a ninguna criatura de su recompensa".No hay cabos sueltos en la creación de Di-s: en última instancia, todo lo bueno debe premiarse, todo lo negativo corregirse. De modo que dado que la vida es una empresa conjunta de cuerpo y alma, ambos serán reunidos a fin de experienciar los resultados de sus fracasos y logros. Una analogía del Talmud ilustra este punto: Había una vez un rey que nombró dos serenos discapacitados para proteger su granja. Uno era ciego y el segundo inválido. Ambos complotaron para robar a su amo: el inválido cabalgó sobre los hombros del ciego y lo guió hasta las frutas. Cuando el rey los enfrentó, el ciego dijo: "¿Cómo puedo robar lo que no puedo ver?", mientras el guardia inválido argumentó: "¿Cómo puede tomar yo algo cuando ni puedo alcanzar la fruta?" El rey hizo colocar al inválido sobre los hombros del ciego y los juzgó como uno. Esta es la historia de la misión del hombre en la vida. En este mundo material, el cuerpo físico del hombre es fuerte y sano, pero ciego. Posee todas las herramientas necesarias para satisfacer el propósito de su creación, todas excepto la visión para emplear estas herramientas de la manera apropiada. Los impulsos egoístas y animalescos del cuerpo distorsionan sus prioridades y obnubilan su percepción de la verdad. La visión para discernir lo correcto de lo incorrecto debe venir del alma, la chispa de Divinidad dentro del hombre que jamás pierde de vista a su Creador y propósito. Con todo, el alma es impotente si queda a merced de sus propios recursos. Para concretar su misión sobre la tierra, necesita una mente física, un corazón, manos y piernas para tratar con la realidad física. Sólo cuando el cuerpo y el alma se combinan e integran para formar la entidad llamada "hombre", pueden salvaguardar y desarrollar la "granja" que se les ha encomendado conforme los planes de su Amo. En este mundo imperfecto y oscuro, no podemos percibir y disfrutar aún los frutos de nuestra labor. Pero en la Era del Mashíaj, los logros acumulados de todas las generaciones de la historia alcanzarán su perfección absoluta. Y dado que "Di-s no priva a ninguna criatura de su recompensa", todos los elementos que han estado involucrados en la concreción de Su propósito en la Creación serán reunidos para percibir y experimentar el mundo perfecto que su esfuerzo combinado ha logrado.
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