inclusive las personas involucradas en el servicio deben ser sin tacha. No podemos menos que preguntarnos por que la contribución anual para mantenimiento era medio shekel. El mensaje espiritual es reconocer que al igual que el medio shekel en si mismo, estamos solo completos a medias. La otra mitad, aquella que nos hace completos, es la Divina. Cuando la persona reconoce que no está completa, es entonces que las dos mitades se pueden unir y el resultado es la integridad. Nuestra capacidad de alcanzar esta unidad no es algo distante a nosotros. El alma en nuestro interior está naturalmente unida con lo Divino. La única duda es si esta unidad está reprimida o expresada. Al vernos a nosotros mismos como mitad, al ser humildes, abrimos canales de conciencia que nos permiten conectarnos con aquello que está mas allá del ser, mas allá aún de aquello a lo que se puede acceder mediante la mas profunda sabiduría o la mas profunda meditación. El reconocimiento de la calidad de mitad de nuestra existencia, que Di-s es la fuente de la vida, es la puerta para experimentar la verdadera unidad de toda la humanidad y de todo lo que nos rodea. Cuando la persona alcanza una medida de unidad con lo Divino a través de la humildad, lleva esta unidad al mundo en general.
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