Tuvieron mas fe, mas se prepararon y mas festejaron |
el "shir jadash", la "nueva canción" de la Redención Final: Una redención que es global y absoluta; una redención que eliminará todo sufrimiento, celos y odio de la faz de la tierra; una redención de tal proporción que el anhelo que evoca y la alegría que produce, requieren de una nueva canción,un vocabulario musical totalmente nuevo para capturar la voz del máximo anhelo de la Creación. El más conocido de los 10 cánticos de redención es el "Cántico del Mar" entonado por Moshé y los hijos de Israel tras cruzar el mar. Recitamos este cántico todos los días en nuestras plegarias matutinas y lo leemos en el templo 2 veces al año: en el séptimo día de Pesaj (cuando fue la partición del mar) y en el Shabat de la Parshá Beshalaj, un Shabat que se distingue con el nombre de Shabat Shirá, "Shabat del Cántico" El Cántico del Mar alaba a Di-s por Su milagrosa salvación de Israel cuando Él partió el Iam Suf para ellos y ahogó a sus perseguidores egipcios en éste y expresa el deseo de Israel de que Di-s lo conduzca a su patria y haga descansar Su presencia entre ellos en el Gran Templo.Concluye con una referencia a la redención final, cuando "Di-s reinará para toda la eternidad". En verdad, hay 2 versiones del Cántico del Mar: una masculina y una femenina. Luego de que Moshé y los hijos de Israel entonaran su cántico, "Miriam la profetisa, la hermana de Aharón, tomó la pandereta en su mano; y todas las mujeres la siguieron con panderetas y bailes. Y Miriam exclamó a ellas: 'Cantad a Di-s, pues El es enormemente enaltecido...'". Los hombres cantaron, y luego las mujeres cantaron, bailaron e hicieron resonar sus panderetas. Los hombres cantaron pero algo faltaba. Algo que sólo el cántico de una mujer podía completar. Miriam, la hermana mayor de Moshé y Aharón, dirigió el Cántico del Mar femenino. Miriam llamada así pues esta palabra significa "Amargura", porque al tiempo de su nacimiento el pueblo de Israel ingresó a la fase más severa de su exilio en Egipto. Miriam, quien cuando el bebe Moshé fue colocado en una canasta en el río Nilo, "montó guardia de lejos, para ver qué se hará de él". Fue Miriam, con su profundo manantial de sentimiento femenino, quien en verdad experimentó la amargura del exilio y la persecución.Y fue Miriam, con su capacidad femenina para la resistencia, perseverancia y esperanza, quien montó guardia solitaria sobre la tierna e incipiente vida depositada en una canasta a la vera de un río enorme, cuya vigilancia de "qué se hará de él" y su misión de traer redención a su pueblo nunca vaciló.Es ella, más que los líderes o patriarcas masculinos de Israel, quien siente la profundidad de nuestro dolor; es su intervención ante Di-s, la que trae la redención. Miriam y su coro trajeron al Cántico del Mar la intensidad de sentimiento y profundidad de fe únicos en la mujer.La experiencia de amargura del galut había sido mucho más intensa en las mujeres que en sus pares varones y no obstante ello la fe de ellas había sido más fuerte y resistente.Por lo que su anhelo de redención había sido mucho más vivo, como lo fue su regocijo al producirse y el nuevo anhelo hacia la redención final.El gran cabalista Rabí Itzjak Luria, escribe que la última generación antes de la venida del Mashíaj es la reencarnación de la generación del Exodo. Hoy, mientras estamos en el umbral de la redención final, es una vez más la mujer cuya canción es la más viva, cuya pandereta es la más llena de esperanzas, cuya danza es la más alegre. Hoy, como entonces, la redención se concretará "en mérito de mujeres justas". Hoy, el ansioso anhelo de la mujer por Mashíaj, un anhelo que corre más profundo que el del hombre y lo inspira y anima, forma la tensión dominante en la melodía de redención.