Como cien años antes del decreto de Antíocus, ordenó el rey Ptolomeo a los sabios de Israel traducir la Torá a su idioma. Los griegos que se destacaban por su sabiduría estudiaron la Torá y entendieron que se trata de una sabiduría superior, incomparable. A pesar de esto, no creían en su origen Divino. Su conclusión era, Di-s libre, que la Torá fue escrita por personas, no fue entregada en el Sinaí, no es santa y es posible negar lo escrito en ella. Por ello comenzó la descalificación y rechazo sobre las mitzvot supra-racionales y el posterior paso de prohibir a Israel cumplir mitzvot. Los Macabeos no claudicaron, lucharon, liberaron el Beit HaMikdash y el pináculo de la victoria fue cuando encontraron un frasco de aceite con el sello del Cohen Gadol. El sello atestiguaba que los griegos no tocaron el aceite y permaneció puro. El aceite simboliza el núcleo interior de la Torá, donde los griegos no pueden impurificar. También entre nosotros los judíos, cuando estudiamos Torá, puede entrar un pequeño helenista al corazón e intentar hacernos olvidar que esto es la santa Torá que fue entregada por Di-s. Y por eso vienen las enseñanzas del jasidismo describiendo la grandeza de Di-s y nuestra nulidad frente a Él, revelando que la Torá es Su sabiduría y es sagrada. Este concepto se reflejó hasta nuestros días: El milagro de Janucá fue la victoria del núcleo interior de la Torá, pero muchos años después, cuando las enseñanzas de jasidismo estaban en un nivel oculto y solo unos pocos selectos la estudiaban, el 19 de Kislev de 1798 con la liberación del Alter Rebe comenzó la diseminación de los manantiales hacia toda la población judía. El motivo de la expansión del jasidismo, es porque en las últimas generaciones la oscuridad existencial avanzó y se fortaleció, el mundo cambió drásticamente, en muchos judíos se generaron confusiones y dudas en relación a la santidad de la Torá. Por eso erigió Hashem para nosotros a sabios y líderes que revelaron y difundieron las enseñanzas jasídicas y así dan la fuerza para recordar a Di-s y sus mitzvot, también aquellas más allá de la razón. Siguió avanzando el tiempo y en Rusia se levantó un grupo de judíos, que como los helenistas querían enseñar a los judíos ideologías destructivas. Ellos se llamaron a sí mismos "Asociación difusora del iluminismo". El Rebe Rashab los enfrentó y dio un nuevo ímpetu al estudio de jasidismo, con la fundación de la Ieshivá 'Tomjei Tmimim', donde por primera vez se transmite la dimensión interior de la Torá de forma académica. Tras él vino el Rebe Raiatz y abrió otras filiales de Tomjei Tmimim en todo el mundo para difundir los manantiales de jasidismo de una manera potente en todo lugar e idioma. Ahora, concretamente con el fin del exilio, llegamos a la consumación del milagro de Janucá, en todo lugar hay judíos estudiando la dimensión interior de la Torá. Los judíos de hoy continúan la victoria de los Macabeos trayendo al Mashiaj. El nombre 'Mashiaj' significa ungido pues al ser rey se lo unge con aceite. Él revelará el interior de la Torá a la perfección y todo el mundo tendrá acceso, incluso los no judíos. Este es el verdadero motivo de la revelación de las enseñanzas jasídicas. En nuestros días, cuando estamos tan cerca de la redención, es el momento propicio 'para degustar' el futuro inmediato. Un proceso iniciado por el Baal Shem Tov, el Maguid de Mezritch y seguido por el Alter Rebe, que va en aumento con más fuerza pasando por las siete generaciones de Rebes, incluyendo la fundación de la Ieshivá Tomjei Tmimim, para concretar en la práctica la revelación del Mashiaj y en particular en nuestra generación, donde ya se completaron todos los preparativos y solo hace falta "abrir los ojos" y ver la redención". Debemos aumentar el estudio y difusión del interior de la Torá, el aceite, de manera que ilumine hacia el exterior, expandiendo los manantiales hacia fuera". ¡Y así traeremos de forma concreta la revelación del Mashiaj.
(Rebe de Lubavitch - Sefer HaSijot -Resumen Dvar Maljut Januca de 1991)