Vivimos en un estado de dicotomía, flotando en algún lugar entre lo ideal y lo real. El "yo" real prefiere pasar más tiempo en esparcimiento y distracción que el "yo" ideal que busca aplacar nuestra sed de placeres superficiales y vacíos de contenido; se invierte más energía en lo efímero que en el logro de un propósito espiritual. Pero nos vemos atrapados por el muro que nos separa de
lo exterior a lo profundo. Distraídos del ideal por un muro de piedras que fragmenta corazones. El mundo en general opera con una dicotomía similar. Por un lado, el mundo y todos sus habitantes realmente quieren vivir en paz unos con otros, terminar con la pobreza, respetar el medio ambiente, la protección a los animales. Por otro lado, la realidad muestra que las guerras suceden, las personas quedan atrapadas en el fuego cruzado y los recursos naturales son saqueados y quemados. Pero lo que realmente queremos, lo que el mundo realmente quiere, es que este muro se desplome. Queremos vivir en paz. Parafraseando los versículos, Mashiaj está de pie del otro lado de este muro, mirando a través de las ventanas, observando a través de las grietas y hendiduras, esperando por nosotros para que el muro caiga. Pero no hace falta una revolución a gran escala para reducirlo. Al igual que el muro fue construido por la inconsciencia humana, así también todas las medidas adoptadas con sinceridad y sensibilidad tiene el potencial de socavar a la pared, con lo que nuestros sueños reales que mucho más cerca de concretarse.
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lo exterior a lo profundo. Distraídos del ideal por un muro de piedras que fragmenta corazones. El mundo en general opera con una dicotomía similar. Por un lado, el mundo y todos sus habitantes realmente quieren vivir en paz unos con otros, terminar con la pobreza, respetar el medio ambiente, la protección a los animales. Por otro lado, la realidad muestra que las guerras suceden, las personas quedan atrapadas en el fuego cruzado y los recursos naturales son saqueados y quemados. Pero lo que realmente queremos, lo que el mundo realmente quiere, es que este muro se desplome. Queremos vivir en paz. Parafraseando los versículos, Mashiaj está de pie del otro lado de este muro, mirando a través de las ventanas, observando a través de las grietas y hendiduras, esperando por nosotros para que el muro caiga. Pero no hace falta una revolución a gran escala para reducirlo. Al igual que el muro fue construido por la inconsciencia humana, así también todas las medidas adoptadas con sinceridad y sensibilidad tiene el potencial de socavar a la pared, con lo que nuestros sueños reales que mucho más cerca de concretarse.
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