A menos que exista una subyacente transformación ideológica que realmente resuene y sea consonante con nuestra dicotomía existencial de materia y espíritu, que motivación real existirá para promulgar políticas que cambien el orden material existente? Claramente, el materialismo por si mismo no puede proporcionar el remedio para el materialismo. Mucha gente de manera correcta, denigra de los espiritualistas por su escapismo. Sin embargo, lo mismo se puede decir de los materialistas. La única diferencia es de lo que se está tratando de escapar: Los espiritualistas se escapan del mundo material; los materialistas se escapan de los interrogantes del espíritu. El mundo del Mashiaj es la perfecta armonía entre materia y espíritu. Para lograr este mundo, necesitamos solo decidirnos, adoptando una realidad espiritual que cambie la realidad que vemos cada día al mismo tiempo que opera dentro de esta.Es la aceptación de esta paradoja espiritual-material lo que lleva a la reconciliación y claridad de visión, mientras que las alternativas de intentar resolver los problemas inherentes del materialismo con respuestas exclusivamente materialistas o retirarse a las torres de marfil de lo espiritual son totalmente absurdas.
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