La Torá describe nuestra relación con Di-s utilizando una variedad de metáforas procedentes de las relaciones humanas: el rey y la nación, el amo y el siervo, el maestro y el alumno, padre e hijo, la madre y la hija, marido y mujer, novio y novia, hermano y hermana, etc. Pero uno de las más aleccionadoras comparaciones para nuestro tiempo es la analogía del "sheliaj" -emisario- y quien lo envía a una misión, el "meshaleaj". El sheliaj contiene aparentemente dos cualidades en conflicto. Por un lado, los emisarios a diferencia de los soldados bajo su capitán o naciones bajo su rey, no son obligados a
renunciar a su individualidad. De hecho, son elegidos como emisarios por su capacidad única de cumplir su misión usando sus talentos personales y por su capacidad para tomar decisiones propias sobre las formas y las estrategias para lograr la meta. Por otro lado, a fin de que la misión permanezca auténtica, los emisarios no pueden desviarse de la misión por la que fueron nombrados, deben seguir siendo fieles a la intención del emisor.
renunciar a su individualidad. De hecho, son elegidos como emisarios por su capacidad única de cumplir su misión usando sus talentos personales y por su capacidad para tomar decisiones propias sobre las formas y las estrategias para lograr la meta. Por otro lado, a fin de que la misión permanezca auténtica, los emisarios no pueden desviarse de la misión por la que fueron nombrados, deben seguir siendo fieles a la intención del emisor.
La enseñanza es que todos somos emisarios, creados con un propósito. Por lo tanto, conviven estas dos cualidades dentro de nosotros. Por un lado, somos independientes y libre pensantes para contribuir con nuestros talentos como individuos para llegar a la meta que Di-s nos transmitió. Por otra parte, somos parte de un propósito superior y nos anulamos, entregamos por completo y dejamos de lado nuestro propio ser hacia el Creador, para asegurar cumplir la misión de acuerdo a la verdadera intención de Di-s. Debemos involucrarnos todos, con todas nuestras fuerzas para garantizar que la misión llegue a su finalidad real que es el retorno o revelación de la presencia Divina en el mundo terrenal, con la llegada del Mashiaj. Por ello la palabra shelíaj, emisario en hebreo, שליח tiene el valor numérico de 348, que sumado a las 10 fuerzas del alma se llega a la palabra a Mashiaj, משיח que tiene un valor numérico de 358.
Colabora con la web y dona a través de PayPal al usuario vienemashiaj@gmail.com